Diálogo y participación social: el camino a la gestión territorial

La Red Territorios Visibles invoca a los gobiernos de Argentina, Bolivia y Paraguay a promover espacios de diálogo con la sociedad civil para potenciar el desarrollo local y el uso sustentable de los recursos naturales en la región semiárida del Chaco Trinacional.

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En América Latina están ocurriendo fenómenos políticos, sociales, económicos y ambientales que impactan en extensas regiones del continente. Una de estas regiones son los semiáridos, como el Chaco Trinacional, que abarca parte de Argentina, Bolivia y Paraguay, donde la competencia por los recursos naturales como la tierra, el agua y los bosques es cada vez más intensa. El resultado de ello es el aumento de la conflictividad social, debido a que los habitantes y dueños de estas tierras son, por lo general, comunidades indígenas y familias campesinas cuyos derechos y obligaciones no están plenamente reconocidos, lo cual profundiza situaciones de inequidad y un aumento de la pobreza rural.

Independientemente del signo político de los gobiernos del continente, la tendencia es hacia la promoción de la inversión privada en espacios semiáridos -la cual se traduce en la expansión de la frontera agrícola, el aumento de la explotación minera y petrolera, y el arribo de grandes inversiones agroindustriales en estos territorios- como única alternativa para obtener rentas fiscales y procurar el bienestar de su población. No importa si en el camino se afectan derechos sobre la tierra de poblaciones locales o, menos aún, que otras actividades sean más efectivas para reducir las necesidades en estos territorios, como la agricultura familiar y la implementación de acuerdos sectoriales para la producción y la comercialización de productos alimenticios y artesanales con valor agregado.

Argentina es un caso típico de esta tendencia. En este país, la necesidad de contar con ingresos económicos para sostener el conjunto de políticas públicas, muchas de ellas subsidiarias, ocasiona que el Estado sea el primer interesado en la expansión del cultivo de soja, de la minería o de la explotación petrolera sobre espacios semiáridos. Para mencionar solo un dato, el Estado argentino tiene como eje estratégico expandir su frontera agrícola para soja en unas ocho millones de hectáreas en los próximos cinco años (PEA 2020). Esto último implicará incrementar la tendencia actual, en la cual la soja ocupa veinte millones de hectáreas del total de treinta millones de ha destinadas a la producción de granos.

Parte importante de esa expansión de la soja tiene y tendrá lugar sobre el Chaco Argentino, principalmente sobre territorios indígenas y campesinos, y a costa de la pérdida de bosques nativos, fundamentalmente, en las regiones del NEA (Noreste Argentino) y NOA (Noroeste Argentino). A propósito de las consecuencias actuales de este proceso, datos del Observatorio de la REDAF señalan que a principios del año 2012 en la zona del Chaco Argentino existían cerca de doce millones de hectáreas afectadas por algún tipo de conflicto por la propiedad de la tierra o el medioambiente, y que estos conflictos involucraban a una cantidad cercana al millón y medio de personas, la mayoría de ellas integrantes de comunidades rurales campesinas e indígenas.

Sin embargo, los problemas detectados en las provincias del norte Argentino no les son exclusivos pues se repiten en toda la región del Gran Chaco Trinacional que comparten con Bolivia y Paraguay, donde los altos índices de deforestación son la expresión más clara del avance de la frontera agropecuaria y de proyectos de extracción de recursos naturales. Para entender la dimensión del problema, según un informe de Guyra, en el año 2013, la tasa de deforestación en toda la Región del Chaco Trinacional fue de 502 308 hectáreas, lo que equivale a 1 376 ha por día o una ha por minuto. Dentro de este grupo, la mayor superficie deforestada (230 000 ha) se encuentra en Paraguay y la menor en Bolivia (42 000), aunque la situación de éste último se verá agravada a raíz de la implementación de la "Agenda Patriótica del Bicentenario 2025".

La propuesta programática estratégica del gobierno boliviano para los siguientes once años (Agenda Patriótica del Bicentenario 2025) plantea un proceso de consolidación de sectores estratégicos como la minería y los hidrocarburos con el fin de que el país se afiance como productor y transformador de recursos naturales, alimentos y energía. En lo que concierne al Chaco Boliviano, se ve afectado por: 1) la ampliación de las actividades y contratos de exploración y explotación de hidrocarburos a favor de empresas transnacionales pasando de 2.8 millones de hectáreas en el año 2007 a veinticuatro millones de hectáreas en el 2012, para cuyo logro todo el Chaco boliviano ha sido declarado de interés petrolero; 2) la ampliación de la frontera agrícola de tres millones de hectáreas actualmente cultivadas a trece millones de ha en el año 2025, incluyendo como área de expansión la parte norte del Chaco boliviano para la producción de cultivos industriales como la soja, girasol, sésamo, sorgo, entre otros productos dirigidos a los agronegocios; y 3) la ampliación de la actividad minera, que si bien no se desarrolla directamente en el Chaco sí recibe de esta sus aguas altamente contaminadas a través del rio Pilcomayo.

Para evitar que todos estos fenómenos comprometan la sostenibilidad del Chaco Trinacional y de sus habitantes, la Red de Territorios Visibles considera que es necesario trabajar en procesos de diálogo entre el Estado y la sociedad civil, a fin de llegar a acuerdos básicos sobre la gestión de estos territorios donde todas las ciudadanas y ciudadanos estén incluidos. Consideramos que es posible generar acuerdos entre sistemas de producción industrial y de agricultura familiar; fomentar cadenas de valor que incluyan a pequeños productores y productoras; abrir mercados locales; implementar políticas de reconocimiento de derechos de la mujer; generar oportunidades para los jóvenes; y promover el reconocimiento de cosmovisiones y estrategias de desarrollo propias en los territorios de comunidades indígenas, que respeten sus decisiones e intereses comunitarios.

No negamos la importancia que tienen la agroindustria y la explotación minera y de hidrocarburos para el desarrollo económico de los países de la región del Chaco Trinacional. Sin embargo, ese desarrollo debe partir de un principio básico de reconocimiento de derechos a todas y todos los habitantes de la región, que permita establecer reglas, formas de uso, acceso a recursos, y estrategias productivas diferenciadas entre las distintas áreas y poblaciones que lo conforman. Para ello, se debe pasar a un enfoque de largo plazo que priorice el bien común por encima de un mero beneficio sectorial.

En ese sentido, la Red Territorios Visibles, Red Latinoamericana de Observatorios de la Tierra y el Territorio, solicita a los gobiernos de Argentina, Bolivia y Paraguay a tomar acciones que promuevan espacios de diálogo y acuerdos con la sociedad civil de sus países, que puedan evidenciarse en las políticas públicas y marcos normativos, reconociendo los derechos y las obligaciones de todos los actores sociales de la región del Chaco Trinacional y garantizando la adecuada gestión de sus territorios.

 

 

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