Entrevista / agosto2010
Una dirigente colombiana relata su experiencia
"La falta de acceso a la tierra relega a la mujer"
Gina Andrade, una de las representantes de la organización colombiana Foro Interétnico Solidaridad con Chocó, nombre de un departamento de ese país, conversó con Nuestra TIERRA y explicó cuál es la situación de las mujeres que habitan el norte de esa nación sudamericana.
¿Cuéntenos cómo es la región de dónde viene?
Es húmeda, vivimos de la pesca, la agricultura y el turismo; tenemos la zona costera del Pacífico y del Caribe, somos gente alegre y pujante, no le tenemos miedo a la muerte, porque nos decimos que si nuestros antepasados lucharon por la libertad, nosotros lucharemos por la tierra, no tanto por la tenencia, sino por tener la garantía de que podremos cultivar la tierra y hacerla más rica.
¿Cómo es la lucha por el acceso a la tierra?
El Foro Interétnico comienza a trabajar el 2001, pero inicia su unificación en 1996, en ese entonces los líderes eran asesinados y nos dimos cuenta que no podíamos realizar solos nuestra lucha, los indígenas, los mestizos y los negros no podíamos luchar solos. En una reunión que se realizó con el apoyo de la Diócesis decidimos organizarnos y buscar un nombre que nos identificara a todos. En 2001 luchamos por apropiarnos de nuestras tierras otra vez, comienza una lucha muy grande; logramos que nos devolvieran parte de nuestras tierras en los terrenos donde sembraban palma africana, porque fuimos desplazados de nuestros lugares de origen, pero esos no eran buenos terrenos porque están arruinados, erosionados. Pero no queremos que sólo nos devuelvan, también demandamos una reparación integral y colectiva, pero no individual.
¿En este contexto cuál es la situación de las mujeres?
El sólo hecho de no tener tierra hace que las mujeres tengamos que abandonar nuestros lugares de origen para ir a las ciudades, es un desplazamiento, aunque el gobierno no lo reconoce como tal, sino como un movimiento para conseguir trabajo, pero el sólo hecho de no poder utilizar nuestros ríos porque están contaminados por la extracción de oro a gran escala o que el Estado no reconozca nuestro derecho a realizar la pesca artesanal en el mar hace que las mujeres se vean afectadas en todo el sentido de la palabra, en el aspecto económico, la violencia intrafamiliar se incrementa, como los hombres no tienen qué llevar a sus casas, eso hace que ellos discutan y le tiren la mano a la mujer. Además, la incidencia de las mujeres en las organizaciones sociales se ve relegada porque no tenemos tierra.
¿Cómo afrontan las mujeres estas situaciones?
Te voy a contar una experiencia que pasó entre el 17 y 18 de junio en la costa del Pacífico norte, en defensa del millaje para la pesca artesanal, el gobierno nos reconoció 2,5 millas, aunque nosotros necesitamos por los menos siete u ocho millas o más, y que sea igualitaria para los cinco municipios del Pacífico, en el Chocó. Al ver esta situación, las mujeres tomaron la iniciativa de hacer un congreso de pescadores, pero no tanto para debatir sobre la pesca, sino para reunir a la red de mujeres pescadoras, las procesadoras de pescados, las que están en la red de conservación en frío, las que tienen al esposo que se dedica a la pesca como la base del sustento. Ahí dijeron que “si nuestros maridos no tienen en qué pescar, entonces cómo vamos a mantener a nuestros hijos e hicieron un movimiento grande, comenzaron a tocar puertas y se reunieron mujeres de los cinco municipios, reclamando que se reconozcan las 2,5 millas en todos los municipios y que los pescadores industriales respeten el derecho de los pescadores a trabajar de manera artesanal. Una de las mujeres más luchadoras fue Anasita Pérez. |
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