Importancia socioeconómica de la agricultura familiar en Bolivia
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró el año 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar. Es un avance significativo para destacar la importancia de la agricultura a pequeña escala en el mundo, visibilizarla y posicionarla dentro de las políticas institucionales, financieras y legales. Un logro notable ha sido el poder diferenciarla de la agricultura empresarial, es decir del modelo de producción de mercancías más que de alimentos.
La producción de la agricultura empresarial por lo general está asociada a clústers dirigidos por empresas transnacionales que no se fijan en los problemas de sostenibilidad ambiental ni en los impactos negativos sobre la gente del campo. Los cultivos intensivos en capital no generan empleo rural y apuestan por el uso masivo de agroquímicos, semillas transgénicas y maquinaria agrícola dependiente de combustibles fósiles.
Bolivia no es ajena a estos fenómenos globales. En el pasado reciente, la agricultura familiar de base campesina proveía una parte importante de los alimentos para la seguridad alimentaria nacional. Sin embargo, este rol ha ido declinando frente al sostenido crecimiento del sector agroindustrial asentado principalmente en el departamento de Santa Cruz. La expansión de la frontera agrícola se explica principalmente por la producción de soya y su alto valor comercial incide en las altas tasas de deforestación y la desestructuración de la agricultura tradicional.
Este es el escenario en el que debemos entender el lugar que ocupa la agricultura familiar, entendida como aquella unidad de producción operada por familias campesinas o indígenas que posee y explota pequeñas parcelas de tierra fundamentalmente utilizando recursos propios. Es un sector que agrupa a la mayoría de las familias del campo pero las evidencias son cada vez más taxativas sobre la marginalidad y estancamiento de este sector productivo.
La presente investigación pretende dar cuenta de la situación actual de la agricultura familiar a partir del análisis de datos del Censo Agropecuario de 2013. Presenta los resultados de un ejercicio preliminar de tipologización de la agricultura familiar en tres estratos. Es una primera aproximación estadística a la diferenciación de la realidad agraria a pequeña escala, que no pretende ser definitiva –por lo tanto susceptible de ser mejorada–, pero puede ser útil para encontrar mejores pautas para la generación de políticas agrarias diferenciadas.
La producción de la agricultura empresarial por lo general está asociada a clústers dirigidos por empresas transnacionales que no se fijan en los problemas de sostenibilidad ambiental ni en los impactos negativos sobre la gente del campo. Los cultivos intensivos en capital no generan empleo rural y apuestan por el uso masivo de agroquímicos, semillas transgénicas y maquinaria agrícola dependiente de combustibles fósiles.
Bolivia no es ajena a estos fenómenos globales. En el pasado reciente, la agricultura familiar de base campesina proveía una parte importante de los alimentos para la seguridad alimentaria nacional. Sin embargo, este rol ha ido declinando frente al sostenido crecimiento del sector agroindustrial asentado principalmente en el departamento de Santa Cruz. La expansión de la frontera agrícola se explica principalmente por la producción de soya y su alto valor comercial incide en las altas tasas de deforestación y la desestructuración de la agricultura tradicional.
Este es el escenario en el que debemos entender el lugar que ocupa la agricultura familiar, entendida como aquella unidad de producción operada por familias campesinas o indígenas que posee y explota pequeñas parcelas de tierra fundamentalmente utilizando recursos propios. Es un sector que agrupa a la mayoría de las familias del campo pero las evidencias son cada vez más taxativas sobre la marginalidad y estancamiento de este sector productivo.
La presente investigación pretende dar cuenta de la situación actual de la agricultura familiar a partir del análisis de datos del Censo Agropecuario de 2013. Presenta los resultados de un ejercicio preliminar de tipologización de la agricultura familiar en tres estratos. Es una primera aproximación estadística a la diferenciación de la realidad agraria a pequeña escala, que no pretende ser definitiva –por lo tanto susceptible de ser mejorada–, pero puede ser útil para encontrar mejores pautas para la generación de políticas agrarias diferenciadas.