Tomando en cuenta que el modelo extractivo requiere pocos trabajadores y actores limitados, el periodista e investigador uruguayo, Raúl Zibechi, advirtió la inexistencia de ‘sujetos revolucionarios’ que puedan hacerle frente a este patrón desde dentro del propio sistema y además consideró que el extractivismo se traduce en una cultura extractiva que promueve que “todo vale”, con base en el consumismo.
Tomando en cuenta que el modelo extractivo requiere pocos trabajadores y actores limitados, el periodista e investigador uruguayo, Raúl Zibechi, advirtió la inexistencia de ‘sujetos revolucionarios’ que puedan hacerle frente a este patrón desde dentro del propio sistema y además consideró que el extractivismo se traduce en una cultura extractiva que promueve que “todo vale”, con base en el consumismo.
Las reflexiones de Zibechi corresponden a la conferencia que brindó en el marco del Foro Nacional “Los límites del extractivismo: Situación actual y caminos alternativos”, que se realizó en la ciudad de La Paz los días 4 y 5 de abril, como una forma de promover el debate sobre este tema entre diversos actores y la sociedad en general. El evento fue organizado por la Fundación TIERRA, con apoyo de diversas organizaciones, y tuvo amplia participación de asistentes.
“Hoy el sujeto revolucionario no existe dentro del modelo extractivo porque éste necesita pocos trabajadores y el producto de la extracción no se consume por personas, sino que va a cualquier lado. Esto parece fundamental porque la clase obrera, antes, paralizando la producción conseguía consolidarse como sujeto colectivo (…). Es tremendo porque el extractivismo necesita muy pocos trabajadores y en general son personas que acuerdan con el modelo extractivo, que lo fomentan, no me meto a hablar de los cooperativistas, no quiero entrar en polémica, pero hay que pensar qué contraste hay entre el modelo económico de ayer y de hoy, y cómo el sujeto revolucionario surgía de la producción capitalista. Hoy en día para frenar el modelo extractivo hay que actuar desde fuera, la denuncia, la crítica o las personas víctimas del modelo”, manifestó Zibechi.
Por otro lado, el investigador uruguayo señaló que el extractivismo está promoviendo una cultura que promueve que “todo vale”, pues lejos de promover cuidados, promueve la cultura de la depredación. “El capitalismo es profundamente consumista y no podemos imaginar un modo de vida no consumista y esto tiene que ver con el extractivismo porque hay una escisión total entre el emprendimiento extractivo y la vida urbana. Qué importa lo que pase en el Tipnis o en el Madidi si voy al supermercado y tengo los productos que necesito”, sostuvo.
Para Zibechi esto genera un cambio cultural enorme pues el extractivismo ha destruido a los sujetos capaces de derrotarlo, resistirlo, por lo que urge crear otros sujetos que puedan hacerle frente, como los pueblos indígena originarios.
Para hacer frente al extractivismo, el parayuayo recordó que existen ya ideas que se van propagando, como por ejemplo una producción respetuosa con el medio ambiente o la eliminación al máximo de la contaminación y daños ambientales, pero el asunto es ¿Quién va a hacer todo esto? No tiene sentido hacer alternativas si después no hay quien las lleve adelante. Si no tenemos sujetos colectivos antiextractivistas, si los gobiernos son neutralizados por las multinacionales, poderes internacionales y por las bandas criminales, si no hay una sociedad civil organizada dispuesta a ponerle freno a esto, es difícilmente que se consiga algo”, remarcó .
Finalmente, Zibechi afirmó que lo que en estos tiempos hace falta es debatir y reflexionar sobre lo que está sucediendo respecto a esta temática. “No estamos en el momento de salir del extractivismo porque no hay un camino. Es necesario debatir, analizar, conversar. Ya lo están haciendo en algunas comunidades originarias, es necesario que la sociedad que no se beneficia del extractivismo nos pongamos a debatir sobre cómo salimos de aquí”, puntualizó.
En el Foro Nacional se abordaron temáticas relacionadas con sectores extractivos; política agroalimentaria y energética; derechos de los pueblos indígenas, política ambiental y caminos alternativos y sostenibles. Con estas iniciativas, la Fundación TIERRA busca abrir un espacio público de análisis y diálogo sobre los retos para el desarrollo sostenible, en una Bolivia históricamente dependiente de la economía extractiva y que hoy sufre las mayores consecuencias socio-ambientales.