En varias zonas del país, las familias campesinas están optando por procesos de especialización productiva en base a cultivos mercancías. Estos procesos se han convertido en la apuesta productiva privilegiada por los productores con la esperanza de que se constituyan en una opción viable para mejorar sus ingresos. No obstante, este tipo de especialización no es posible para todos, hay quienes ganan y quienes pierden. De hecho, a la par de esta dinámica se desarrollan procesos de diferenciación
social interna como consecuencia, entre otras, de un acceso diferenciado a los recursos productivos y mercados. Las evidencias sugieren la necesidad de prestar
atención a este tipo de procesos si es que se busca un desarrollo rural incluyente.