Entrevistas
“Hay que convivir en el territorio, no somos recién llegados”
El ex dirigente de los productores de coca de la zona colonizada del TIPNIS, David Herrera, nació en la población cochabambina de Mizque y llegó a la región hace más de dos décadas, según dice.
Herrera dejó su valle natal con el propósito de mejorar sus condiciones de vida y aumentar sus ingresos económicos. Con el paso del tiempo subió peldaños y fue dirigente de la zona colonizada, también trabajó en la ex Prefectura de Cochabamba y, aunque ya no está involucrado en actividades políticas o públicas, su labor en defensa de sus compañeros no cesa.
¿Los productores de coca de la zona colonizada del TIPNIS han expresado su apoyo al proyecto carretero. Sin embargo, tienen una fuerte oposición con los indígenas del lugar, cómo están lidiando con esta situación?
El proyecto está dividido en tres tramos [Villa Tunari-Isinuta, Isinuta-Campo Verde, y Campo Verde San Ignacio de Moxos]. Desde Isinuta hasta casi el río Ichoa están los productores de coca y queremos que se construya también la carretera. Después de ese punto, el trazo ingresa al parque y son los hermanos indígenas quienes tienen que autorizar, porque si no se les consulta su opinión estamos convencidos de que pueden acudir a instancias internacionales y no queremos eso.
Pero ellos tienen que entender que la carretera no sólo beneficia a los productores de coca. Es un interés de dos departamentos; con este camino se unirían Cochabamba y Beni. Ambos departamentos tienen productos diversificados y puede haber un intercambio de producción. |
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Tengo entendido que algunos hermanos indígenas han concertado con sus organizaciones, parece que hay algunas informaciones dirigidas. Hemos visto que los comunarios de la zona están de acuerdo con la construcción de la carretera, nos dijeron que los dirigentes se van a la ciudad con toda su familia y ellos se quedan aislados de todo. Entonces no hay coherencia, los dirigentes tienen que apoyar en temas de salud y educación, no dejar a los comunarios en esas condiciones tan precarias.
En todo caso, el gobierno autorizó el contrato entre la ABC y la empresa constructora brasileña…
El contrato está aprobado, pero eso no significa que se va a avasallar a las comunidades indígenas. Hay que hacer las consultas necesarias a los habitantes, son derechos de los pueblos indígenas reconocidos por la Constitución Política del Estado y el Convenio 169 [de la Organización Internacional del Trabajo].
Por eso esperamos que haya una buena comprensión entre todos para ayudar a superar los problemas y tener bien claro dónde comienza la zona colonizada. Hemos pedido que se abra la brecha de la línea demarcatoria [“línea roja” que divide la TCO de los predios cocaleros] para evitar susceptibilidades. A pesar de que siempre nos acusan de ingresar al parque para sacar madera y sembrar coca, nosotros estamos seguros de que nunca hemos avasallado, nosotros no vivimos de la madera. Además, tienen problemas entre sus organizaciones, porque hay tres organizaciones y una de ellas impulsa la venta de la madera.
¿Más allá de estas observaciones, cómo se pueden buscar las soluciones pacíficas para que la convivencia entre indígenas y campesinos no derive en enfrentamientos; considerando que los indígenas constantemente denuncian avasallamientos a su territorio?
Esta mesa redonda [el conversatorio organizado por TIERRA, en La Paz, el 12 de abril] es importante, debe generar conciencia en los pueblos indígenas, en las autoridades, en quienes administran los parques o territorios indígenas, entre los campesinos y los interculturales. Nosotros no somos de las comunidades interculturales, estamos afiliados a la Confederación de Trabajadores Campesinos de Bolivia [CSUTCB], nosotros llegamos a la zona como un movimiento de colonización espontánea, por eso tenemos terrenos pequeños, entre 10 y 15 hectáreas, algunos llegan a 20 hectáreas, pero los interculturales tienen hasta 50 hectáreas. Nosotros conservamos el bosque no explotamos la madera, sembramos arroz, yuca y el cato de coca, la coca nos solventa a nosotros. Hay que convivir en el territorio, nosotros no somos recién llegados, ya tenemos asentamientos antiguos, algunos compañeros llegaron hace más de 30 años y también tienen derechos.
¿Y qué se puede hacer en las áreas de conflicto para beneficiar a todos los habitantes del TIPNIS?
Hemos planteado conformar un consejo de administración entre los pueblos indígenas y los asentamientos de colonizadores o campesinos. El Consejo tiene que coadministrar y mediar entre los conflictos. Nosotros tenemos reuniones y mucha coordinación, pero no hay un Consejo que se ocupe de todos los problemas y que ayude a solucionarlos. Nuestros hermanos indígenas tienen que estar muy atentos ante la presencia de campesinos que no están afiliados a los sindicatos de la zona colonizada, porque algunos campesinos aprovechan la humildad de los compañeros indígenas y traspasan la línea demarcatoria para sembrar coca; también tienen que verificar si los colonos se casan con las compañeras indígenas, porque ha habido casos de colonos que lo hacen con la intención de sembrar la coca en el parque, en un área ilegal. |