Entrevistas
“Por los avasallamientos el territorio quedó con un hueco en el corazón”
Jesús Leal Ruelas lleva cinco años como presidente del Consejo Indígena del Pueblo Tacana (Cipta), organización que agrupa a las comunidades de las tierras comunitarias de origen (TCO) Takana I y Takana II.
El dirigente resume estos años de experiencia con un mal disimulado aire de frustración. Leal comenta, en varias ocasiones, que la acción más difícil para los tacanas ha sido la convivencia con sus vecinos colonizadores, quienes pertenecen a las comunidades interculturales y poseen parcelas colindantes con su territorio.
¿Cómo se ha realizado el proceso de titulación de la TCO Takana-I?
La titulación tomó bastante tiempo. En el proceso de saneamiento, el municipio [de San Buenaventura] impugnó y se opuso, porque decía que nuestra demanda llegaba hasta el área urbana; porque el gobierno municipal no había hecho los procesos de saneamiento en su área urbana, pero hicimos las averiguaciones correspondientes y vimos que en la provincia Iturralde el municipio no contaba con un área urbana.
¿Persisten los problemas con San Buenaventura; cómo es la relación con Ixiamas, el otro municipio con el que colinda la TCO?
En realidad, hasta el año pasado las relaciones con los gobiernos municipales han estado mejorando un poco. En esta nueva gestión todavía no hemos hecho un relacionamiento con los alcaldes.
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¿Por qué la TCO Takana I tiene un territorio discontinuo?
Esto sucede porque los gobiernos anteriores habían dado concesiones a muchas empresas madereras; como a la Coclical, Proinsa, Madre Cabrera, T5 y otras. Con la Ley Forestal, las empresas recibieron concesiones por 40 años. Y también el territorio es discontinuo por el tema de la llegada del famoso ingenio azucarero que trajo mucha colonización aquí; en los años 70 se habló muchas veces del ingenio azucarero, hubo mucha expectativa en torno al desarrollo norte de La Paz, llegaron bastantes personas que se fueron asentando como colonias, esto fue entre el 75 al 80. De todas maneras, hasta ahora no pasa nada con el proyecto azucarero, de vez en cuando vivnen autoridades, pero nunca se concreta nada. En realidad no fueron colonizaciones planificadas prácticamente fue por todo el camino entre San Buenaventura e Ixiamas.
¿Nadie verificaba cuántas familias llegaban y cuántas hectáreas recibían?
En ese tiempo había los títulos de la anterior reforma agraria. Algunos vinieron con todo su dinerito, se compraron pequeñas parcelas y desde ahí fueron ampliando pues las oportunidades. Bueno nuestra gente nunca pensó que esto se iba a dar mucho más grande y de esa forma fueron acaparando los mejores espacios y como siempre el pueblo Takana ha sido amable pues ha acogido a todos pero no recibimos el mismo trato. Entonces eso hace que nuestro territorio quede con un hueco en el corazón. No tuvimos una buena relación con los colonizadores, porque ellos nos avasallaron, siempre demandan más territorio y tenemos que vivir con desconfianza.
¿La extensión de la TCO es suficiente para abastecer las necesidades de los takanas?
En realidad, durante todo el proceso de saneamiento, y viendo el tema del crecimiento poblacional de nuestros compañeros, las 405.000 hectáreas van a ser insuficientes para nuestra subsistencia, porque usted sabe que los pueblos indígenas necesitan áreas para la caza, la pesca, la producción de fruta y todo eso no ha sido tomado en cuenta durante el proceso de saneamiento.
Hace un año se publicó en las noticias que algunas comunidades Tacanas sufrieron avasallamientos ¿Qué pasó?
Algunos habitantes de la curva Katari, dirigidos por traficantes de tierra intentaron ingresar. Tuvimos que acudir al Consejo de Corregidores para desalojar a esa gente. Pertenecían a la federación dirigida por Isaac Ávalos.
¿Cuáles son los recursos naturales más codiciados?
Principalmente la madera. Con el tema forestal hay un boom en la provincia, por eso siempre están avasallando la tierra; todos quieren explotar la madera.
¿Cómo solucionan estos problemas. Hay diálogo entre indígenas y campesinos?
En realidad hemos dialogado con los dirigentes. Pero algunos colonizadores se oponen siempre. Los dirigentes tenemos buenas relaciones pero las bases no comprenden esos temas, quieren hacer sus caprichos, todos intentan tener más terrenos.
Nosotros hemos hecho muchos intentos para alcanzar acuerdos con los colonizadores. Pero cuando queremos hablar con los dirigentes vienen todos los habitantes; hemos tenido que dialogar con 400 o 500 personas. Como indígenas, primero tenemos nuestros debates internos, después nombramos una comisión y ellos se ocupan del diálogo con los colonizadores. Nosotros intentamos dar pautas para solucionar los problemas, pero hasta el momento no podemos solucionar nada.