“De 10 panes que se producen en Bolivia, siete son elaborados con harina de origen argentino, dos de origen cruceño y uno compartido entre cochabambino y chuquisaqueño”, aseveró Tito Villarroel de AGRECOL ANDES con base en el informe “Pequeños productores de trigo” que publicó la Fundación TIERRA 2021. La situación afecta principalmente a los pequeños productores de este cereal en Cochabamba y ante esta situación, el sector busca incrementar su producción ofertando trigo más saludable.
“Hay un bajón de la producción de trigo por parte de Cochabamba a nivel nacional y en ese contexto el municipio de Totora también se ve afectada. Factores como la seguía, precios bajos en el mercado, a consecuencia de la importación de trigo de la Argentina, están ocasionando una especie de desánimo en los productores. Por eso estamos tratando de generar un sistema de producción más saludable y sostenible para incrementar la producción de trigo no solo en términos de cantidad sino calidad, es decir, producir trigo más saludable y algún derivado como por ejemplo la harina integral”, manifestó Villarroel.
Las declaraciones del investigador se dieron en el marco del taller extracurricular denominado “Los aportes de la agricultura familiar campesina en los valles de Cochabamba. Potencialidades y desafíos”. El evento fue organizado por la fundación TIERRA en el marco de las iniciativas IPAS (iniciativas para la agricultura sostenible) en coordinación con el Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales (INCISO) de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Mayor de San Simón (FACSO-UMSS).
Los talleres de formación extracurricular, donde expusieron los especialistas, son espacios de reflexión y discusión sobre temáticas relevantes como la agricultura campesina indígena; seguridad y soberanía alimentaria; y la gestión territorial acciones que son impulsadas por Iniciativas Para la Agricultura Sostenible (IPAS) y es parte del programa Interactuando con Territorios Vivos (ITV) promovido por ECLOSIO, cuyos cooperantes en Bolivia son: APROSAR, AOPEB, REMTE y Fundación TIERRA.
“Con el ejemplo de los panes estamos haciendo una ilustración. Son datos que nos mueven a la reflexión. Quisiéramos revertir esa situación. Actualmente AGRECOL trabaja de forma directa con 190 productores de Totora y Pasorapa y con las medidas que estamos promoviendo, esperamos llegar a Aiquile y Pojo. La idea es generar un movimiento que fortalezca los sistemas alimentarios saludables y sostenibles”, enfatizó.
Villarroel también destacó la importancia de trabajar también con los consumidores para que éstos cambien sus patrones de consumo hacia los alimentos saludablemente producidos. “Lamentablemente a nivel del Estado, ya sea gobierno central, departamental o municipal no hay políticas claras que protejan la agricultura familiar en los Valles de Cochabamba. Hay que lamentar también que estas familias son las más rezagadas en sistemas de producción”, cuestionó.
Conversión de los pequeños productores
Danilo Paz, investigado asociado de la UMSS señaló que en la actualidad la forma de producción familiar está en crisis por lo que alertó que la única forma en la que ésta se pueda mantener la producción agraria campesina es a través de las Unidades de Producción Agropecuarias (UPAS) o la creación de organizaciones con esas características.
“Lo único viable en la economía campesina es que haya asociaciones y actuar como empresa. Habrá que ver en cada caso en particular. Si algo está demostrando que funciona son los productores de coca (…)”, explicó.
El informe “Los pequeños productores de trigo”, muestra el estado de situación de los pequeños productores de trigo en el municipio de Mojocoya del departamento de Chuquisaca y centra la mirada en temas relativos a la tenencia de la tierra, productividad, acceso al apoyo estatal y los principales avances y desafíos para el incremento en la producción de trigo. Para conocer más sobre el tema puede hacer click al siguiente enlace: Los pequeños productores de trigo.