La escasez del dólar, la subida de los precios de productos de primera necesidad o la falta de combustible son muestras de que la economía boliviana enfrenta uno de sus momentos más críticos. Ante este panorama, el libro “Hablemos de economía sin ser economistas”, surge como iniciativa para entender la situación por la que atraviesa el país y recoge propuestas a mediano plazo para salir del estancamiento.
Así lo consideró el destacado economista y expresidente del Banco Central de Bolivia, Juan Antonio Morales, quien ofreció una mirada crítica al contenido del libro durante la presentación de la obra en La Paz, el 18 de junio, evento en el que también participó su autor, Gonzalo Colque. Morales destacó que el documento aborda, de forma sencilla y amable con el lector, elementos sumamente importantes que explican la historia de Bolivia y que explican en gran parte el atraso.
Morales recordó, por ejemplo, la crisis cambiaria que se anticipó en 2022 y se materializó en febrero de 2023, creando pánico y largas filas en los bancos debido a un tipo de cambio paralelo significativamente más alto que el oficial. Esta crisis, según el economista, ha desnudado la fragilidad de la economía boliviana.
Otro punto clave de su análisis fue la dependencia creciente de las importaciones de hidrocarburos. Morales explicó que esta situación se ha visto agravada por la caída en la producción interna de hidrocarburos, subrayando la necesidad de diversificar y fortalecer la producción nacional para evitar futuras crisis.
También criticó algunas inversiones realizadas durante los años de bonanza, como la planta de producción de urea y amoníaco en Bulo Bulo, que ha operado con pérdidas y no ha generado los rendimientos esperados. Para él, este es un claro ejemplo de mala gestión de recursos públicos que debe ser analizado y corregido.
“Les invito a todos ustedes a leer. Yo creo que este libro nos abre el apetito para saber más efectivamente de lo que ha estado pasando en este país”, manifestó Morales ante un concurrido público.
A su turno, Juan Pablo Chumacero, director de la Fundación TIERRA, destacó la trayectoria de Colque y subrayó la importancia del libro en desmitificar el lenguaje económico complejo, facilitando la comprensión de conceptos clave como la maldición de los recursos naturales y la trampa del rentismo, lo que va en línea con la política institucional de promover el debate sobre temas fundamentales en el país.
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“El libro encara el análisis de la situación económica nacional tan dependiente de las actividades extractivas y el uso de recursos naturales, enfocándose en estas dimensiones que ya se mencionan en el título”.
El texto, que consta de siete capítulos, aborda marcos conceptuales y definiciones económicas de forma sencilla. También analiza tres temas estructurales y de largo plazo que, según Colque, han definido el curso económico de Bolivia: la "maldición de los recursos naturales", el fenómeno del rentismo y el atraso económico en comparación con países similares.
Con esta base, se hizo un análisis profundo sobre situaciones que se fueron repitiendo a lo largo de la vida republicana y del Estado Plurinacional de Bolivia. El autor enfatizó sobre la necesidad de que la economía sea un tema de discusión abierto y accesible para todos, independientemente de la formación académica que se tenga.
“Estos días la amenaza de una crisis económica es muy real en el país, no es pasajera. Ya tenemos cosas concretas (…). ¿Por qué hablar sin ser necesariamente economistas? Esto no es un invento mío. De hecho, hay una pequeña tradición entre los economistas de escribir trabajos de divulgación y de más diálogo con la gente. Tenemos varios trabajos de ese tipo y es importante cultivar esa línea de trabajo, no solamente en la disciplina económica sino en muchos otros campos, porque finalmente la economía es algo que nos importa a todos y nos afecta a todos y no siempre nos afecta a todos por igual”, señaló.
Colque también hizo hincapié en cómo la cultura rentista ha contribuido a una actitud de complacencia frente a la crisis económica. Según él, esta mentalidad, prevalente tanto entre los beneficiarios directos de la renta como entre quienes trabajan arduamente, puede perpetuar problemas económicos y políticos, afectando negativamente a largo plazo. "Es vital que todos participemos en el debate económico para poder entender y abordar estos desafíos", concluyó.