En el XXXII Encuentro Extraordinario de Corregidores y Comunarios del TIPNIS los indígenas se refugiaron en sí mismos, mirando al fondo de sus almas, al amparo íntimo de su territorio, buscando en su Loma Santa la fortaleza necesaria para seguir la lucha en defensa de su territorio.
En la ciudad de La Paz, usando papel membretado de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), Ramona Moye Camaconi, diputada por una Circunscripción Indígena y representantes de cuatro organizaciones del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), presentaron ante esa instancia legislativa un proyecto de ley para abrogar la Ley 180 de intangibilidad de aquel territorio y posibilitar la construcción de una carretera por medio del parque, el 3 de julio de este año. El argumento usado fue que la intangibilidad no permitía hacer ni tocar nada en el TIPNIS.
Al margen de la formalidad, el hecho marcó el retorno del Gobierno a su iniciativa vial en el TIPNIS. También fue una demostración política del poder gubernamental de cooptación de dirigentes porque la diputada Moye estuvo acompañada por representantes de facciones indígenas que se alinearon a su proyecto de ley: Diego Roca, presidente del Consejo Indígena del Sur (Conisur); Mauricio Guaji, presidente de la Coordinadora de Pueblos Indígenas del Trópico de Cochabamba (CPITCO); Carlos Fabricano, presidente de la Subcentral Sécure TIPNIS y Domingo Nogales, presidente de la Subcentral del TIPNIS.
En otro sentido, fue una acción más de debilitamiento de la organización indígena denominada “orgánica” porque el anteproyecto fue firmado por el Presidente de la Subcentral TIPNIS, Domingo Nogales. Esto significaba una fractura de la organización y engrosó la cadena de acciones que han ido desmontando la fortaleza de la dirigencia de ese territorio indígena. La Subcentral quedaba descabezada porque su presidente se pasó individualmente al bando oficialista |sin consultar a sus bases.
Días después, los indígenas “orgánicos” rechazaron el anteproyecto y desaprobaron la conducta de Nogales en una reunión realizada en la comunidad El Carmen del Coquinal en medio del TIPNIS, el 7 y 8 de julio.
El presidente Evo Morales promulga la Ley 969 en Trinidad, el 13 de agosto de 2017. Foto ABI.
La bancada del MAS tramitó la aprobación de la ley en tiempo récord. La rapidez política del gobierno se llevó por delante el rechazo indígena. Después de un mes y diez días de su ingreso a la ALP, la ley fue aprobada y pasó al Ejecutivo. El presidente Evo Morales promulgó la Ley 969 en Trinidad el 13 de agosto, en un acto masivo que volvió a ser una demostración de la fuerza gubernamental en este conflicto: al menos cinco mil personas trasladadas por la gobernación beniana y por instancias del Gobierno central colmaron el coliseo cerrado de esa ciudad. Domingo Nogales y el dirigente Pedro Vare –expulsado de la de la Central de los Pueblos Indígenas del Beni (CEPIB) en 2012– acompañaron a Morales en el acto. Simultáneamente y hasta después de finalizada la promulgación, un reducido grupo de dirigentes indígenas “orgánicos” reunidos en un quiosco de la plaza principal trinitaria, planteaban acciones para contrarrestar la norma en medio de un ánimo de congoja que llevó a las lágrimas a algunos de ellos, según reportaba el periódico El Deber.
Un grupo de indígenas del TIPNIS se reunen en la plaza de Trinidad, el 13 de agosto de 2017. Foto El Deber..
El 22 de agosto el oficialismo a través de sus operadores se alzó con otra victoria política lo que sumó otra capitulación al movimiento indígena orgánico: la elección del oficialista Pedro Vare como presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), organización matriz de los indígenas de tierras bajas, a la cual está afiliada la Subcentral TIPNIS.
Pedro Vare, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB). Foto ABI.
Ante esa situación, los indígenas “orgánicos” se vieron obligados a convocar al XXXII Encuentro Extraordinario de Corregidores y Comunarios del TIPNIS con el propósito de rechazar la norma abrogatoria y reorganizar la dirigencia de la Subcentral TIPNIS para seguir la batalla en defensa de su territorio y contra la construcción de la carretera.
Entonces, la convocatoria también fue una invitación a refugiarse en sí mismos, al amparo íntimo de su territorio, buscando en su Loma Santa la fortaleza necesaria para seguir en la lucha. Tal vez lo hacían intuitivamente, como un instinto de sobrevivencia.