La agricultura familiar campesina (AFC) ha sido marginada sistemáticamente a pesar de su aporte a una alimentación sana y cuidado del medioambiente. Es tiempo de revalorizarla y abrir discusión desde una postura optimista, basada en observaciones directas en terrenos y marcos teóricos desarrollados por los agraristas de la corriente chayanoviana.
Este texto apunta a esta necesidad de revalorización. Se basa en información empírica sobre la agricultura del altiplano norte de Bolivia y la evalúa utilizando herramientas analíticas propias del enfoque campesinista. Hace referencia el aprecio que recibe la AFC en la Constitución Política del Estado de 2009, y a la ‘Declaración de los derechos campesinos y de otras personas que trabajan en áreas rurales’, aprobada por las Naciones Unidas en diciembre de 2018.
Este trabajo es una invitación a ‘repensar’ las opiniones comunes sobre el mundo campesino, además de incentivar la autoestima de los mismos agricultores.