Las autoridades municipales han “entrado en vigilia permanente”, señaló Néstor Choque, presidente del Concejo Municipal de Tiahuanacu. Y las comunidades se adaptaron a la nueva dinámica rural, sobrellevando la cuarentena pese a las dificultades, expresó Magda Paty de la comunidad Achaca y actual autoridad originaria de la Zona Centro de Tiahuanacu.
En medio del desafío y las evidentes limitaciones de sistema de salud, el gobierno municipal de Tiahuanacu adoptó una serie de medidas de cuidado y prevención del virus. Octavio Quispe, Alcalde Municipal y Néstor Choque, relatan que al inicio sancionaron una ley tras otra, debido a que la situación era incierta y cambiante. Después que el Gobierno Nacional en fecha 22 marzo declaró Emergencia Sanitaria y Cuarentena Total en todo el territorio nacional, aprobaron la Ley Municipal N° 323 de “Emergencia epidemiológica por el Coronavirus COVID-19”. Esta norma, entre otros objetivos, busca garantizar las prestaciones en salud y la prevención mediante la concientización e difusión de información sobre las acciones para prevenir y atenuar el riesgo de contagio.
Fumigación y abastecimiento de alimentos, entre las medidas urgentes
Como una medida práctica e inmediata Tiahuanacu adoptó la fumigación de las movilidades y personas. Toda movilidad y persona que se ingresa al municipio es fumigado y esta no es una tarea sencilla porque a modo de aprovechar la cuarentena muchas familias que radican en las ciudades, El Alto y La Paz, se volcaron a las comunidades, en parte para alejarse del virus y a la vez cosechar los cultivos de papa, cebada, quinua, etc. Algunas familias ingresan de noche, otros se niegan a la fumigación, y no falta alguien que alega discriminación a ser sometido al control municipal.
El concejal Choque relata con preocupación “estamos trabajando desde las 4:00 de la mañana, por turnos para controlar que ninguna movilidad pase sin fumigación por Tiahuanacu” Y no descarta adoptar más medidas e iniciativas para restringir la circulación de movilidades.
El abastecimiento de los alimentos es otra necesidad que se hace cuesta arriba en el municipio. A pesar que de que las comunidades producen alimentos como papa, queso, la falta de verduras, frutas, hortalizas y alimentos procesados como arroz, azúcar y aceite se hace notorio cada vez más. Por ello, en la normativa municipal se dispone el funcionamiento de sus tres ferias locales: Tiahuanacu, Pillapi y Huacullani, aunque con claras restricciones en los horarios: solo pueden funcionar de 06:00 a 13:00. Asimismo, las asociaciones de productores, personas dedicadas al abastecimiento y productores agropecuarios pueden desarrollar sus actividades de lunes a domingo las 24 horas de día, esto no solo para garantizar el abastecimiento del mismo municipio, sino también trasladar los excedentes a las ciudades. Pero este último es casi imposible por las restricciones de circulación nacional.
A estas determinaciones, se ha sumado la Unidad Académica Campesina-Tiahuanacu de la Universidad Católica Boliviana (UCB), con la iniciativa de proveer verduras como lechuga, acelga, apio a las 23 comunidades y 3 centros poblados. Reynaldo Gómez de la UAC-Tiahuanacu, con tono de preocupación señala “no es posible abastecer a las cuatro zonas del municipio, por ejemplo, no han podido llegar hasta la zona Norte de Huacullani”.
Es momento de buscar iniciativas para que la alimentación de las comunidades no empeore, el Alcalde Municipal es consciente de aquello. Para la provisión de hortalizas el GAM-Tiahuanacu tiene en mente realizar la invitación a los productores de las comunidades los valles de municipios como Palca o Cairoma. Si se alarga la cuarentena, este intercambio sería una de las salidas, concluye la autoridad local.
COVID-19 en las comunidades, entre dificultades y luces
La mayoría de las comunidades del municipio de Tiahuanacu se caracterizan por la producción de leche, este es su medio de ingreso familiar e inmediato. Por las medidas de la cuarentena se ha restringido la entrega de leche a las dos empresas acopiadoras que trabajan en la región: PIL-Andina y Delizia. Hoy sólo PIL-Andina acopia.
Otras comunidades que autogestionaban la producción de leche también se han visto fuertemente afectados. Por ejemplo, Achaca, una de las comunidades más grandes del municipio, donde funciona la empresa Lácteos Tiahuanacu, como centro de acopio y procesamiento de leche, hoy no puede trasladar y comercializar sus productos en las ciudades. “esa es una gran desventaja que tienen los productores, esta situación encarece aún más su calidad de vida y generación de ingresos.” precisa Magda Paty.
Frente a estas dificultades algunas familias han buscado maneras para conservar sus productos y generar ingresos, por ejemplo, ha optado por elaborar otros derivados lácteos como es el queso. Pero hoy este producto se vende a un precio muy bajo en las ferias locales, entonces la iniciativa funciona a medias.
Pero, según la percepción de esta autoridad comunal no todo es oscuro para el campo en estos tiempos de COVID-19, con la pandemia algunas comunidades han “revivido”, algunas familias han “recuperado” a los hijos que habían abandonado la comunidad. Es que, ante la propagación de la pandemia en las ciudades, muchas familias han retornado a las comunidades, han visto el campo como refugio seguro y estable. “Muchas personas han regresado a la comunidad, porque en la ciudad no hay trabajo por la cuarentena, como hay que hacer muchos gastos allí, por ello, la gente ha preferido salir a sus comunidades” relata Magda.
Según esta autoridad originaria, esta dinámica “está favoreciendo a la gente en hacer avanzar la cosecha. Ahora en las comunidades hay mucha mano de obra, y están haciendo diferentes tareas como la cosecha de cebada y el apilonado, hasta trabajos de construcciones”. Pero también este retorno repentino y masivo al campo presentaría nuevos desafíos para las comunidades: “Ahora en las comunidades se ha incrementado la demanda de muchas cosas, como alimentos, por ejemplo, ha subido la demanda de garrafas de gas al doble de antes”, concluye. Entonces, el reto hoy es pensar colectivamente, entre las autoridades municipales y autoridades comunales, el cuidado de las comunidades rurales bajo este escenario de presión social y riesgos de salud.