En Bolivia, pese a la masiva migración campo-ciudad, la población femenina rural sigue siendo un sector representativo. Alrededor del 30 por ciento de las mujeres bolivianas son rurales. La ruralidad en la última década ha experimentado muchas transformaciones, pero no necesariamente son cambios que apuntan al desarrollo sostenible o inclusivo en cuestiones de género.
En este contexto, la inclusión legal de los derechos territoriales de las mujeres no conduce al empoderamiento real que se esperaba. A pesar de que hoy ‘la tierra tiene nombre de mujer’, la lucha por la tierra y el territorio para las mujeres rurales no ha concluido y sus derechos siguen postergados. Hoy, la problemática de la mujer es la administración-gobernanza de esas tierras.
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