Marginalización de la agricultura campesina e indígena
Dinámicas locales, seguridad y soberanía alimentaria
A menudo la sociedad rural de pequeños agricultores familiares es imaginada como si fuera un entorno sosegado con altos grados de autonomía y capacidad de autoabastecimiento. Sus formas comunitarias incluso han sido fuente de inspiración para quienes buscan respuestas al desarrollismo en crisis o se interesan en alternativas poscapitalistas. Este libro más bien muestra que las dinámicas contemporáneas han permeado con fuerza el mundo rural y afectado sus habilidades para alcanzar –por sí mismos– seguridad y soberanía alimentaria.
Muchos sectores del agro podrían ser considerados o auto identificarse como agricultores familiares. El riesgo es que al incluir con poca rigurosidad una amplia gama de sectores podemos perder de vista cuál es nuestra unidad de análisis. Por eso hemos optado por utilizar el término de ‘agricultura campesina e indígena’ para referirnos a aquellas unidades productivas agropecuarias operadas por familias que están débil pero crecientemente conectadas al mercado de productos agrícolas y precariamente al mercado laboral.
En términos de Shanin (1990, 5) consiste en pequeños productores del agro que apoyados por equipos de trabajo simples y a base de fuerza de trabajo familiar producen principalmente para su propio consumo y a su vez están subordinados a poderes externos.
En Bolivia esta conceptualización explica la realidad de una heterogeneidad de sectores: campesinos parcelarios de las tierras altas, pequeños ganaderos tradicionales, originarios de ayllus y markas, indígenas de tierras bajas, campesinos cruceños, colonizadores andinos, entre otros. Casi todos, sino todos, tienen en común su reivindicación como pueblos de origen precolonial. En la Constitución Marginalización de la agricultura campesina e indígena Política del Estado (CPE) se ha adoptado el término de “naciones y pueblos indígena originario campesinos” para reconocer a favor de todos ellos un amplio y único catálogo de derechos. Entonces, sabiendo que existe un complejo mosaico étnico y distintos grados de desarrollo económico de estas unidades familiares, hablamos de ‘agricultores campesinos e indígenas’ para destacar su rol económico (al indicar ‘campesinos’) y condición étnica (al añadir ‘indígenas’) pero sin desconocer la importancia de denominativos específicos y particularidades regionales.
Con estas aclaraciones, la Fundación TIERRA pretende contribuir a los estudios sobre los cambios agrarios que afectan a los sectores rurales empobrecidos y las implicaciones que tienen para la seguridad y soberanía alimentaria. Consideramos que son temas prioritarios en tiempos de cambios globales y en el contexto boliviano.
Todos sabemos que la crisis alimentaria y la necesidad de producir más alimentos pero con menores costos sociales y ambientales están redefiniendo las políticas agrarias y nuevas condiciones para el mercado internacional de alimentos. A nivel nacional, el aporte de la agricultura al Producto Interno Bruto (PIB) ha crecido en los últimos años, sin embargo, también se ensancha la brecha entre pequeños y grandes productores, algo que obliga a prestar atención a
las políticas de equidad y crecimiento con redistribución.
Esta investigación ha sido posible gracias al apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) mediante su programa de Agricultura y Seguridad Alimentaria. Esta contribución hizo posible la generación de información de primera mano y evidencias recogidas en terreno para así aproximarnos a algunas respuestas a temas centrales de las cuestiones agrarias y alimentarias de hoy en día. También nuestro agradecimiento especial a los productores campesinos e indígenas quienes nos han brindado no solo información sino apoyo y confianza especialmente en la etapa de trabajo de campo en los municipios de Cuatro Cañadas (Santa
Cruz), Yanacachi (La Paz-Los Yungas), TCO Macharetí (Chuquisaca),Villa Serrano (Chuquisaca), Rurrenabaque (Beni), Comarapa (Santa Cruz) y Tiwanaku (La Paz).
Esperamos sumarnos con este trabajo a las contribuciones y esfuerzos que diferentes organizaciones internacionales, actores estatales y no estatales están desarrollando para mejorar las condiciones de vida de quienes operan las pequeñas unidades productivas agropecuarias.
ÍNDICE
Introducción
Capitulo 1: Estado de situación de la agricultura campesina e indígena
Capítulo 2: Cambios en las dinámicas y estrategias locales de la agricultura campesina e indígena
Capítulo 3: El papel de la agricultura campesina e indigena para la seguridad y soberanía alimentaria
Capítulo 4: Conclusiones y recomendaciones
Anexos
A menudo la sociedad rural de pequeños agricultores familiares es imaginada como si fuera un entorno sosegado con altos grados de autonomía y capacidad de autoabastecimiento. Sus formas comunitarias incluso han sido fuente de inspiración para quienes buscan respuestas al desarrollismo en crisis o se interesan en alternativas poscapitalistas. Este libro más bien muestra que las dinámicas contemporáneas han permeado con fuerza el mundo rural y afectado sus habilidades para alcanzar –por sí mismos– seguridad y soberanía alimentaria.
Muchos sectores del agro podrían ser considerados o auto identificarse como agricultores familiares. El riesgo es que al incluir con poca rigurosidad una amplia gama de sectores podemos perder de vista cuál es nuestra unidad de análisis. Por eso hemos optado por utilizar el término de ‘agricultura campesina e indígena’ para referirnos a aquellas unidades productivas agropecuarias operadas por familias que están débil pero crecientemente conectadas al mercado de productos agrícolas y precariamente al mercado laboral.
En términos de Shanin (1990, 5) consiste en pequeños productores del agro que apoyados por equipos de trabajo simples y a base de fuerza de trabajo familiar producen principalmente para su propio consumo y a su vez están subordinados a poderes externos.
En Bolivia esta conceptualización explica la realidad de una heterogeneidad de sectores: campesinos parcelarios de las tierras altas, pequeños ganaderos tradicionales, originarios de ayllus y markas, indígenas de tierras bajas, campesinos cruceños, colonizadores andinos, entre otros. Casi todos, sino todos, tienen en común su reivindicación como pueblos de origen precolonial. En la Constitución Marginalización de la agricultura campesina e indígena Política del Estado (CPE) se ha adoptado el término de “naciones y pueblos indígena originario campesinos” para reconocer a favor de todos ellos un amplio y único catálogo de derechos. Entonces, sabiendo que existe un complejo mosaico étnico y distintos grados de desarrollo económico de estas unidades familiares, hablamos de ‘agricultores campesinos e indígenas’ para destacar su rol económico (al indicar ‘campesinos’) y condición étnica (al añadir ‘indígenas’) pero sin desconocer la importancia de denominativos específicos y particularidades regionales.
Con estas aclaraciones, la Fundación TIERRA pretende contribuir a los estudios sobre los cambios agrarios que afectan a los sectores rurales empobrecidos y las implicaciones que tienen para la seguridad y soberanía alimentaria. Consideramos que son temas prioritarios en tiempos de cambios globales y en el contexto boliviano.
Todos sabemos que la crisis alimentaria y la necesidad de producir más alimentos pero con menores costos sociales y ambientales están redefiniendo las políticas agrarias y nuevas condiciones para el mercado internacional de alimentos. A nivel nacional, el aporte de la agricultura al Producto Interno Bruto (PIB) ha crecido en los últimos años, sin embargo, también se ensancha la brecha entre pequeños y grandes productores, algo que obliga a prestar atención a
las políticas de equidad y crecimiento con redistribución.
Esta investigación ha sido posible gracias al apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) mediante su programa de Agricultura y Seguridad Alimentaria. Esta contribución hizo posible la generación de información de primera mano y evidencias recogidas en terreno para así aproximarnos a algunas respuestas a temas centrales de las cuestiones agrarias y alimentarias de hoy en día. También nuestro agradecimiento especial a los productores campesinos e indígenas quienes nos han brindado no solo información sino apoyo y confianza especialmente en la etapa de trabajo de campo en los municipios de Cuatro Cañadas (Santa
Cruz), Yanacachi (La Paz-Los Yungas), TCO Macharetí (Chuquisaca),Villa Serrano (Chuquisaca), Rurrenabaque (Beni), Comarapa (Santa Cruz) y Tiwanaku (La Paz).
Esperamos sumarnos con este trabajo a las contribuciones y esfuerzos que diferentes organizaciones internacionales, actores estatales y no estatales están desarrollando para mejorar las condiciones de vida de quienes operan las pequeñas unidades productivas agropecuarias.
ÍNDICE
Introducción
Capitulo 1: Estado de situación de la agricultura campesina e indígena
Capítulo 2: Cambios en las dinámicas y estrategias locales de la agricultura campesina e indígena
Capítulo 3: El papel de la agricultura campesina e indigena para la seguridad y soberanía alimentaria
Capítulo 4: Conclusiones y recomendaciones
Anexos