El reconocimiento de Tierras Comunitarias de Origen (TCO) como espacios de vida de indígenas de las tierras bajas, fue una de las más importantes transformaciones agrarias en el último tiempo en Bolivia. Estos espacios territoriales, más allá de ser mecanismos de reconocimiento de derechos identitarios y de vida en armonía con la Madre Tierra, también deberían constituirse en base material para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, fundamentalmente en temas alimentarios. Sin embargo en zonas como el chaco guaraní, el reconocimiento territorial no ha tenido este tipo de resultados y, por ende, las comunidades indígenas sufren aun altos niveles de inseguridad alimentaria.