• Cuatro comunidades tacanas, asentadas a lo largo del río Madre de Dios de la Amazonia boliviana, resistieron el intento del Gobierno de convertir la consulta previa, libre e informada, en un mero formalismo.
• Los pobladores defendieron su economía basada en el aprovechamiento de los frutos de los árboles de castaña, algo fundamental que fue ignorado casi por completo en el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental (EEIA) del proyecto de exploración petrolera.
• El Gobierno intentó renegociar los acuerdos suscritos después de la conclusión del proceso de consulta, lo que demuestra una vez más que no está acostumbrado a cumplir lo pactado a la hora de implementar los proyectos y las medidas de mitigación de los impactos negativos.
• A pesar de todo esto, el pueblo Tacana deja una experiencia valiosa de cohesión y firmeza, de la que podemos aprender todos para hacer frente al poder político y económico.