Crear un grupo especializado para sensibilizar en temáticas de tierra y medio ambiente, hablar directamente en nuestros entornos sobre estas temáticas y dar a conocer las normas de protección en estos contextos, son las tres principales propuestas que hicieron jóvenes y activistas en el curso Defensores de la Madre Tierra que fue organizado por la Fundación TIERRA en la ciudad de Cochabamba a mediados de noviembre.
El curso, en el que participaron al menos una treintena de activistas de diversas regiones de Bolivia, es parte de una iniciativa que tiene como meta fortalecer las capacidades de hombres y mujeres que viven del uso y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y dedican su vida o una parte de su vida a la protección de la Madre Tierra y que en este caso, complementariamente también convocó a estudiantes de último año de diversas universidades del país, comprometidos con la problemática agro ambiental y que mantienen lazos con comunidades rurales de similares características.
Para promover la integración y un mejor diálogo entre los participantes, dentro del curso se realizaron dinámicas de grupo en las cuales se debatieron, por regiones, temáticas relacionadas con la explotación de recursos naturales, los riesgos de la sobreexplotación, el uso de productos transgénicos o pesticidas y el impacto de la construcción de megaobras o megaproyectos.
El grupo de participantes de La Paz, por ejemplo, observó la construcción de la doble vía La Paz-Oruro y la actividad minera, así como su impacto negativo en el acceso al agua de las poblaciones cercanas debido a la sobreexplotación de áridos y la contaminación minera.
“Una de las formas en las que podemos ayudar es concientizando y socializando, como muchos lo estamos haciendo y la importancia que tiene el tratamiento de agua”, manifestó la representante del grupo uno.
Un segundo grupo, conformado por universitarios de los municipios de La Paz y El Alto, asumieron por su lado el compromiso para difundir todas las temáticas referidas a medio ambiente en todos los espacios que puedan. “También estamos proponiendo la creación de un mensajero para educar a la gente, tomando en cuenta, por ejemplo, el personaje de las cebras. Un personaje que pueda salir a las calles. Otros elementos que podrían ayudar en el tema es que los activistas podrían tener una indumentaria para repartir panfletos, algo que tenga impacto”, manifestó el representante del grupo dos.
En tanto, el grupo tres, conformado por jóvenes universitarios que viven en Oruro, llegó a la conclusión de que lo más importante “es informarnos como jóvenes y ciudadanos, conocer las leyes, procedimientos para poder socializar con la población sobre las normas, trabajo que debe seguir en los territorios o en las comunidades”.
Los representantes del grupo recordaron que la Facultad Técnica de la Universidad Técnica de Oruro (UTO) trabajó un Plan de Manejo Integrado del Lago Poopó y del lago Uru Uru, como área protegida. “Se ha venido trabajando el documento, pero hubo un problema en la Gobernación y fue rechazado, porque las (cooperativas) mineras no lo permiten. Se entiende porque muchas familias viven de eso. También se busca diseñar políticas de control y gestión ambiental; trabajaríamos con la universidad y la gobernación para que se tome una conciencia ambiental”, destacaron los participantes.
El grupo cuatro, compuesto por habitantes de Cochabamba, propuso exigir el seguimiento de las autoridades en temas que tienen que ver con el medio ambiente y la explotación de hidrocarburos. “A veces no sabemos cómo están los procesos y ni siquiera sabemos cómo hacer seguimiento. Conocemos que se tienen que respetar los usos y costumbres de las poblaciones, pero no se cumple. Como apoyo se debe socializar las normas en su lengua e idioma”, destacaron.
Finalmente, el grupo cinco, integrado por personas que viven dentro de un territorio comunitario de origen-TCO, en el norte de La Paz, propuso implementar un trabajo que empiece por los mismos activistas, promoviendo educación desde casa. “Habíamos analizado cambiar desde nosotros mismos, pero es difícil. También podemos cambiar la educación, mediante educación ambiental y la acción social para promover el activismo”, destacaron.
Actualmente, Bolivia es uno de los países en el que avanza la construcción de megaproyectos o megaobras, cuya operatividad depende de la explotación o sobreexplotación de los recursos naturales a gran escala. Ante esos peligros, existe una necesidad urgente de actuar y fortalecer los conocimientos y las agendas no sólo de la población afectada, sino de toda la sociedad civil del país.
En el marco de las actividades de capacitación que realiza la Fundación TIERRA, en los últimos días se lanzó la convocatoria para que quienes participaron en el encuentro en Cochabamba puedan realizar réplicas de acción o de capacitación en sus regiones.