La explotación minera —que se desarrolla principalmente en altiplano y Amazonía— y la ampliación de la frontera agrícola y la deforestación —dadas primariamente en los departamentos de Santa Cruz y Beni— amenazan con generar daños medioambientales irreversibles para Bolivia, alertó el director de la Fundación TIERRA, Juan Pablo Chumacero, durante una entrevista en el programa Cartas sobre la mesa de Televisión Universitaria.
Las declaraciones surgen en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra que se conmemora este 22 de abril, fecha con la que se busca generar conciencia sobre la importancia de la relación de interdependencia que tienen los seres humanos con el planeta. Para Chumacero, existe preocupación por el impacto de la actividad humana sobre los recursos naturales en el mundo, lo que provoca el cambio climático.
“Estamos a muy poco de que esta situación se vuelva irreversible. Basta ver lo que está pasando en el país para entender lo que pasa en el nivel mundial. En los diversos pisos ecológicos de Bolivia se tienen problemas ligados al uso de la tierra, los recursos naturales y la contaminación al medio ambiente (…). Por ejemplo, la ampliación de la frontera agrícola en el oriente y la deforestación que viene con ella; la pérdida de bosques y los incendios forestales que hemos tenido en la Chiquitanía; la ampliación del uso de pastizales para ganadería en Beni y Santa Cruz, que tiene un impacto en la producción de gas metano y el calentamiento global. Todo este boom minero que se ve en la Amazonía con la explotación del oro a costa de los ríos con la contaminación de mercurio que afecta a la población en estas zonas y no solo en la Amazonía, sino también en el altiplano y los valles”, manifestó Chumacero.
Si bien consta una falta de conciencia en las personas que explotan los recursos naturales para obtener ingresos inmediatos, Chumacero también observó que existen una serie de fallas en la aplicación de las normativas destinadas a regular la intervención humana en estos espacios, que están a cargo del Estado y autoridades, por una lógica que prioriza la reactivación económica a costa de los derechos ambientales, de la naturaleza y también de los derechos campesinos e indígenas.
De igual manera, Chumacero subrayó la responsabilidad que debe asumir la ciudadanía nacional, urbana y rural, para mitigar el cambio climático, que pasa por un proceso de educación en el hogar y en las escuelas, y que comienza con asumir acciones sencillas como evitar usar plásticos, manejar la basura adecuadamente, no desperdiciar el cuidar el agua, entre otros.
“Esta fecha nos tiene que servir para reflexionar, también, sobre nuestro accionar, sobre nuestra actitud frente a los recursos naturales y el medio ambiente. Pensar en las distintas maneras en la que como familia, como comunidades y como país podemos ayudar a disminuir el cambio climático, respetar el medio ambiente y velar por la vida futura de las siguientes generaciones.
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