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Indígenas de la Amazonía de Perú y Bolivia ven a la unidad y el rol de las mujeres como claves para fortalecer la consulta previa

La unidad entre integrantes de los pueblos indígenas y el rol de las mujeres, como parte fundamental para liderar la lucha por el respeto a la toma de decisiones, son los aspectos de indígenas de la Amazonía de Perú y de Bolivia resaltaron como claves para fortalecer el proceso de consulta previa, libre e informada, procedimiento que, en el actual contexto de la región, enfrenta múltiples desafíos en ambos países.

Esa fue una de las reflexiones a las que arribó el segundo encuentro transfronterizo, denominado "Cultivar el derecho al futuro en la Amazonía", que se realizó entre el 7 y 10 de octubre en la región peruana de Puerto Maldonado, donde participaron alrededor de 40 representantes de comunidades nativas amazónicas de Madre de Dios de Perú y del norte de La Paz y de Pando, por parte de Bolivia. 

En el encuentro transfronterizo entre Perú y Bolivia, las exposiciones sobre la consulta previa revelaron la complejidad y los desafíos que enfrentan los pueblos indígenas en ambos países. Tanto en Bolivia como en Perú, los procesos de consulta previa, un derecho establecido para proteger los territorios y la autodeterminación de las comunidades, se ven obstaculizados por políticas estatales que priorizan proyectos de desarrollo, como la explotación de recursos naturales y la construcción de infraestructuras.

La actividad se desarrolló en el marco del proyecto “El derecho a la alimentación y el derecho a un futuro en la Amazonía peruana y boliviana”, que es apoyado por una alianza entre Welthungerhilfe (WHH), Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) de Perú y la Fundación TIERRA de Bolivia.  

Situación en Perú y Bolivia

Roland Mejía, presidente de la Central de Comunidades Indígenas Tacana II Río Madre de Dios (CITRMD) explicó que, en Bolivia, la consulta previa ha sido limitada por decisiones políticas que han dado prioridad a proyectos como la exploración sísmica para hidrocarburos en su territorio. En ese marco, resaltó la resistencia que demostraron las comunidades de Tacana II, que lograron frenar parcialmente este avance y el trabajo coordinado con el que se trabajó un protocolo propio para defender su territorio y garantizar que cualquier proyecto futuro cuente con su consentimiento informado.

Se ha visto que nuestro territorio está amenazado por la explotación de petróleo, de hidrocarburos. El Estado ha dado en concesión desde la frontera con Perú todo el territorio Tacana II, todo el río Madre de Dios está concesionado con áreas mineras. Estas concesiones están encima de las comunidades. Entonces, este instrumento tiene que servir para hacer la consulta sobre si estamos de acuerdo con estas actividades, hacer la consulta de acuerdo a sus instituciones que tiene, de acuerdo a sus asambleas, mientras no esté informado, pues no se va a dar”, afirmó el dirigente.

Para Pablo Arauz, técnico de la Fundación TIERRA, una de las amenazas que tiene el pueblo Tacana II en su territorio es un proyecto carretero que atravesaría el territorio. “La única manera de llegar a Puerto Pérez es a través del río Madre de Dios. Otra forma de ingresar no la hay. Pero el día que haya esta carretera va a partir el territorio y las comunidades campesinas están mirando a estos territorios y a estas áreas vacías. Cuando pasa la carretera, más rápido llega la gente, pone precio a las tierras, invasiones y no se lo va a poder detener”, afirmó.

Amalia Añez responsable del Área Mujer Indígena y Salud de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD) afirmó que la apertura de una carretera también es un dolor de cabeza en su territorio y que adicionalmente tienen tropiezos para que se reconozca su territorio jurídicamente. De igual forma, mencionó que para quienes viven cerca del río Madre de Dios, la minería también es una amenaza.

Nosotros siempre hemos venido luchando, estamos luchando hasta ahora con el Estado para que ellos reconozcan realmente el peligro de nosotros. Pero nosotros como comunidades indígenas no nos vamos a dejar vamos a luchar, hay que luchar hermanos no hay que dejarnos y tenemos que estar unidos”, resaltó la dirigente.

Diandra Torres, coordinadora de la oficina de DAR en Loreto, Perú, subrayó la falta de implementación adecuada de la consulta previa, mencionando que hubo casos de proyectos que ya estaban en marcha sin haber consultado a las comunidades afectadas. Añadió que, en Perú, la falta de diálogo intercultural y la desinformación han llevado a la imposición de proyectos, afectando gravemente los derechos de los pueblos indígenas.

Nuestro proceso tiene siete pasos. Son 120 días para que la población, una vez que ya ha pasado todo el proceso, tenga la información, pueda discutir internamente y pueda dar una resolución positiva o negativa. Y bueno, si llegamos a un acuerdo, se firma un acta. Y si no llegamos a un acuerdo, no sé cómo es en Bolivia, infelizmente en el caso de Perú dicen, si no llegas a un acuerdo, la decisión lo toma el Estado”, cuestionó.

A lo largo del encuentro quedó claro que la defensa de los territorios indígenas no depende solo de los marcos legales, sino de la unidad, la participación activa en las asambleas y la lucha constante por hacer respetar sus derechos. Las comunidades resaltaron la importancia de los protocolos, pero también que éstos solo son efectivos si los pueblos están organizados y firmes en su defensa.

La reflexión sobre su eficacia apuntó a un elemento fundamental: la unidad de los pueblos indígenas. A pesar de la existencia -y necesidad- de protocolos, títulos y documentos legales que buscan garantizar este derecho, la verdadera solución va más allá de estos mecanismos formales.

Diversas voces coinciden en que, más allá de lo establecido en el papel, los pueblos deben mantenerse organizados, alertas y decididos a defenderse, pues aunque se tenga un título legal sobre la pertenencia de los territorios que habitan, eso no es garantía de que el Estado los vaya a respetar. Además, coincidieron en los gobiernos de ambos países a menudo priorizan el desarrollo económico sobre los derechos de las comunidades.

Otro aspecto relevante es el creciente protagonismo de las mujeres en estas luchas. Las mujeres, con su determinación y valores centrados en la familia y la comunidad, han demostrado liderar con una fuerza distinta y necesaria.

Anaisa Merelis, líder de la Central Indígena de Mujeres amazónicas de Pando (CIMAP), resaltó que como pueblos indígenas se cansaron de mandar documentos al Estado para poder ser tomadas en cuenta. “Siempre cuando queremos una cosa, en Bolivia lo conseguimos en la marcha como mujer y como indígena, saliendo a la marcha, viendo por nuestro territorio. Nosotros también tenemos problemas allá en Bolivia que a veces no quieren escuchar. Pero lo que estamos ahorita planificando como mujeres, llegando de aquí de Perú, creo que vamos a sentarnos con los cinco pueblos indígenas y bajar a La Paz para que nos escuchen”, puntalizó.

Reuniones compartidas

Este intercambio, realizado en la comunidad nativa peruana de Puerto Arturo y en la ciudad de Puerto Maldonado en Madre de Dios, tuvo como objetivo establecer un espacio de diálogo e interaprendizaje entre las organizaciones indígenas de Perú y Bolivia, para compartir experiencias, conocimientos y estrategias para el acceso a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados como parte integral de la seguridad alimentaria y para la defensa de sus derechos territoriales en la Amazonía. 

Durante el desarrollo, se analizaron los avances desde el primer intercambio transfronterizo realizado el año pasado, se construyó, bajo las cosmovisiones y las características de sus territorios, una visión a futuro de sus comunidades y de la Amazonía, respetando la biodiversidad y con alternativas económicas para sus comunidades.

Asimismo, se discutieron temas en común como los avistamientos y encuentros con poblaciones indígenas aisladas y en contacto inicial (PIACI).  El intercambio también contó con la visita a un centro de innovación tecnológica estatal y a un fundo agroforestal privado donde conocieron avances en tecnología y agricultura relacionada a las actividades de los participantes. Para finalizar, se develó un mural conmemorativo a este segundo intercambio donde se representó la unión entre las comunidades nativas de Madre de Dios y de los territorios Tacana.

Alfredo Vargas Pio, presidente de la FENAMAD destacó la voluntad de los pueblos indígenas de Bolivia y Perú para abrir espacios de trabajo para seguir defendiendo sus derechos. “En estos tiempos difíciles para los pueblos indígenas, no hay respeto de los derechos, la consulta previa no se respeta, estamos viviendo un momento difícil en Perú. Pero igual estamos con el trabajo y la unidad que hacen en sus territorios los líderes y las lideresas, estamos viendo cómo hacer prevalecer nuestros derechos”, reflexionó.

 

 

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