Este trabajo busca hacer una lectura estructural de algunas de las dinámicas agrarias y rurales de las últimas décadas en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. Se busca mostrar varias dimensiones que interactúan en el medio rural, como son la estructura agraria, el uso del suelo, el incremento de la superficie en fincas gracias a la ampliación de la frontera agrícola, y la evolución de la población tanto nacional como sobre todo en el ambiente rural.
Se parte de la hipótesis que desde los años noventa se está produciendo una fuerte modificación en el clásico modelo agroexportador centroamericano, que centrado en la generación de divisas mediante un conjunto de productos agropecuarios, da lugar a dos procesos adicionales. Por un lado, que el grueso del campesinado genere sus propios alimentos y abastezca a los mercados y, por otro, que también se produzca a nivel nacional la mayor parte de los alimentos consumidos por la población. La nueva modalidad en la aplicación del modelo agroexportador, con fuerte énfasis en los llamados agrocombustibles, ha ampliado notablemente la proporción del suelo agrícola enfrentando a sectores campesinos y otros de productores importantes áreas productivas y reduciendo el acceso a la tierra y el abastecimiento nacional de alimentos.
Estas modificaciones en los usos del suelo están generando importantes disputas por la tierra, donde se destacan, por la violencia alcanzada, los casos de Guatemala y Honduras. Una consideración adicional es que, si bien los cuatro países tenidos en cuenta están siendo impactados por estas modificaciones del modelo agrario, se considera que los ritmos de avance de estos cambios son específicos a cada uno de los cuatro casos analizados, por lo que se les dedica un capítulo a cada uno.
Para preparar este documento se han consultado trabajos realizados en los cuatro países y se han realizado entrevistas con personas conocedoras de estos procesos. En la lista de personas entrevistadas y en la bibliografía utilizada se hace mención a esas fuentes.