Siete de cada diez miembros de los comités de saneamiento en 30 comunidades del altiplano paceño tienen doble residencia, es decir, son dirigentes que no viven en las comunidades sino en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz. Este es uno de los principales hallazgos del proyecto “Desarrollo de una iniciativa local para la gestión sostenible y equitativa de la tierra en comunidades del Altiplano Boliviano”.
¿A qué responde esta dinámica?, ¿Es una contradicción con el carácter rural de las comunidades? Consultados sobre los motivos por los que fueron elegidos para desempeñar esta labor, los dirigentes afirman que pesó su experiencia y el “roce” con instituciones de la ciudad, además de ser profesionales o estar recibiendo instrucción universitaria.
Una de las principales tareas para la gestión sostenible y equitativa de la tierra en las comunidades del altiplano paceño es la conformación de sus comités de saneamiento. Este comité, junto a las autoridades de la comunidad, se encarga del proceso de saneamiento interno y de los trámites ante el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) en representación de los intereses de todos los comunarios, por tanto, su conformación es clave para que la gestión del territorio sea exitosa. Una vez conformado el comité, las autoridades comunales legitiman esa organización y delegan a esa instancia la conducción del proceso de conciliación comunal y familiar.
Porqué las mujeres casi no participan
Otro hallazgo importante sobre la composición de los comités de saneamiento en las comunidades, es que la mayoría absoluta de sus miembros son varones. Solo el 13% de los 133 dirigentes son mujeres, es decir, que las comunidades designaron a 116 varones y solo a 17 mujeres. Cerca de la mitad de las comunidades no tienen ni una sola mujer en su comité de saneamiento.
Esta desigualdad basada en el género es una realidad debido a que “históricamente las mujeres han sido víctimas de arraigadas prácticas de exclusión que restringieron su acceso a la tierra y el goce de los beneficios que genera su uso productivo”, afirma la investigadora Floriana Soria Galvarro en el documento “Propuestas para políticas públicas: Mujeres rurales, tierra y seguridad alimentaria”. Pero, ¿cuál es la causa de esta exclusión? Según Soria Galvarro esta situación se explica “…principalmente por el rol socialmente construido que asignaba al varón el papel de jefe de familia o que la agricultura es una ocupación masculina”.
El actual gobierno ha posibilitado mayor acceso de las mujeres a la tierra a través de normas y mecanismos legales como la titulación, pero la realidad “…no ha cambiado sustancialmente…”.
Dentro de cada comunidad, la regulación, el acceso y control de la tierra son competencias de las autoridades campesinas e indígenas basadas en sus normas consuetudinarias y prácticas propias. Esas regulaciones definen cómo usufructuar la tierra, cómo asignar los derechos de uso a las familias y bajo qué normativas propias aprovechar los recursos naturales.
En ese contexto, la investigadora afirma: “…sabiendo que la comunidad es una organización aun de carácter patriarcal, las mujeres no tienen las mismas condiciones ni posibilidades que los hombres para el acceso y control de la tierra”.
La tecnología puede acercar a los jóvenes a la vida de sus comunidades
Parece que el extendido proceso de migración campo-ciudad y en consecuencia el vaciamiento poblacional de las áreas rurales puede mitigarse gracias a la tecnología. Esta idea se desprende de la observación que se realizó en el saneamiento de tierras y administración de los derechos de propiedad en 30 comunidades del altiplano paceño como parte del proyecto “Desarrollo de una iniciativa local para la gestión sostenible y equitativa de la tierra en comunidades del Altiplano Boliviano”.
La indagación constató que los jóvenes son los que más abandonan sus comunidades en busca de nuevos horizontes sobre todo en las grandes ciudades. A la vez la juventud tiene un mayor conocimiento y uso permanente de la tecnología, especialmente de teléfonos celulares, computadoras y tabletas electrónicas. ¿Cómo pueden esos artefactos llevar de regreso a los jóvenes a sus comunidades?
Resulta que la población de las comunidades está interesada en el uso de las nuevas tecnologías de comunicación e información pero la mayoría de los pobladores rurales no está familiarizado con el uso de esa tecnología. Entonces este factor puede convertirse en un elemento que atraiga a los jóvenes de vuelta a sus comunidades como los operadores de computadoras, de internet y dispositivos del Sistema de Posicionamiento Global (GPS por su sigla en inglés).
En la convergencia de intereses y habilidades reside la posibilidad de que la población juvenil retorne a sus comunidades y se acerque a la problemática del acceso a la tierra.