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La educación campesina: un legado de la Reforma Agraria de 1953

La educación, al igual que la Reforma Agraria, es una de las demandas más antiguas de las comunidades campesinas en Bolivia, incluso desde antes de la revolución nacional de 1952. Antes de ese año prácticamente ninguna comunidad rural tenía acceso a la educación (Grand, 2019). Después, paulatinamente las comunidades instalaron pequeñas unidades educativas; inicialmente impulsadas por las comunidades y posteriormente por las acciones, muchas veces fragmentadas, de actores externos (instituciones públicas y privadas). Con el paso de los años, en el área rural, la escuela se convirtió en el centro de la vida comunal acompañada con infraestructuras visibles como una cancha deportiva o sede comunal y concentrando, a su alrededor, otras edificaciones como iglesias o centros de salud.

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educacion altiplano

La educación, en el área rural, surge como una necesidad de conquistar la ciudadanía por medio de la alfabetización y como una forma de legitimación de las demandas de la población indígena campesina sobre los derechos a la tierra. La educación en las comunidades campesinas e indígenas emerge a partir de líderes locales, que de una u otra manera habían accedido a la educación y éstos se constituyen en maestros con el fin de satisfacer la demanda educativa. Uno de los proyectos con mayor renombre es el de Warisata, dirigido por Avelino Siñani y Elizardo Pérez, que desplegó nuevos núcleos educativos en diferentes regiones y tuvo una forma de organización con carácter de red que comprendía una escuela central (núcleo) a la cual estaban vinculadas las escuelas seccionales de las comunidades sin ningún apoyo del Estado para su funcionamiento, por lo que las comunidades sostenían económicamente las escuelas tanto en la construcción, mantenimiento de la infraestructura como en el sostenimiento de los maestros, realizando aportes económicos, así como realizando trabajos comunales apoyados por los padres de familia y miembros de la comunidad (Cueto, 2000).

Hoy a siete décadas de 1952, las comunidades rurales han cambiado. Si bien en un inicio las escuelas rurales albergaban una cantidad creciente de estudiantes, con el paso del tiempo este incremento rápido parece haber terminado entrando a una etapa de descenso escolar que continua en nuestros tiempos.

 

Gráfico N° 1. Estudiantes matriculados en Bolivia, por gestiones

estudiantes matriculados bolivia

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Educación (2020)

Analizando el gráfico 1, se puede observar que la cantidad de estudiantes matriculados en el país tuvo un repunte entre 2005 y 2008, para disminuir de manera relevante hasta el 2010 y desde entonces ha ido incrementándose de manera continua en los últimos 10 años; Para el año 2020, el número de estudiantes matriculados superaba los 2.9 millones, lo que supone un incremento de un 15% en 20 años, y que se explica gracias a las medidas y políticas del Estado para evitar la deserción escolar. A pesar de ello, es importante hacer notar que estas medidas solo han tenido un efecto positivo en el área urbana, pero en el área rural no ocurre algo similar.

Hay un descenso de la población estudiantil en este sector. Según las proyecciones oficiales (INE) año tras año la población estudiantil e infantil en el área rural de Bolivia va reduciéndose, dicho de otra forma, cada vez existe menos niñas, niños y adolescentes matriculados en las escuelas rurales del país.

¿Qué está pasando con la población infantil y adolescente del área rural?

Gráfico N° 2. Estudiantes matriculados en el área rural en Bolivia, e hitos en la educación

estudiantes matriculados bolivia rural

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Educación (2020)

En 2003, se tenía un poco más de 930 mil estudiantes en el área rural, destacándose los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí., A partir de ese año, los estudiantes rurales van disminuyendo hasta rondar los 850 mil en los últimos años. Buena parte de esta reducción se da en los departamentos altiplánicos y algunos de la zona de los valles, tal y como se muestra en el Gráfico 3. La Paz y Potosí, Oruro, juntamente con Chuquisaca presentan serias tendencias de disminución de población estudiantil en centros escolares del área rural. Por otro lado, los departamentos de Santa Cruz y Pando claramente reflejan importantes tasas de crecimiento de estudiantes matriculados en el área rural.

Gráfico N° 3. Estudiantes matriculados en el área rural por departamento y gestión

estudiantes matriculados bolivia rural dpto

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Educación (2020)

El número de estudiantes matriculados es un indicador que se debe tomar en cuenta ya que brinda algunas pautas del futuro que pueden enfrentar las comunidades rurales. Una comunidad que disminuye su población de niñas, niños y adolescentes, poco a poco, se quedará desértica, casi a punto de desaparecer en el peor de los casos. Por otro lado, siendo más optimistas la comunidad quedaría habitada principalmente por una población avejentada que no contaría con la fuerza y energía de una población joven para realizar los trabajos productivos y comunales, lo que repercute en menor mano de obra.

Es importante conocer los factores que influyen en la expulsión de la población joven y estudiantil. El principal factor es la migración ligada a las pocas oportunidades de encontrar un trabajo, el minifundio y la poca tierra fértil apta para cultivos. También son relevantes la necesidad de acceder niveles superiores de educación, los desastres naturales y la búsqueda de acceso a los recursos naturales para la producción, entre otros. Todos estos factores están arraigados a la pobreza y las malas condiciones de vida en el campo que empujan a la población joven y estudiantil a las ciudades, donde son atraídos con expectativas económicas y sociales representadas por mayores ingresos, mejores condiciones de trabajo, mejores condiciones de vida, seguridad física, etc.

Incluso las comunidades que cuentan con mejores condiciones económicas, productivas y sociales no son ajenas a la migración de los jóvenes. Los mayores niveles educativos y expectativas orientadas al mundo exterior —con influencia de la tecnología y la migración rural-urbana— solo es el primer paso para la migración internacional.

La migración, así como la disminución de la población infantil y juvenil en la región del altiplano no se puede contener; sin embargo, se pueden tomar acciones para mitigar sus efectos y las comunidades son conscientes de ello. Varias comunidades del altiplano se han visto en la necesidad de reformular sus normas y reglamentos internos con el fin de frenar el abandono y cierre de las escuelas. Por ejemplo, en algunas comunidades se han puesto reglas indicando que los miembros de la comunidad deben tener al menos un hijo inscrito en la unidad educativa de la comunidad y si no tuviesen hijos, pueden apadrinar a un estudiante de la comunidad. Si no lo hiciesen así, deberán pagar una multa. La participación constante en actividades de la comunidad, así como el ejercicio de cargos de autoridad y otras obligaciones pueden ser algunas de las medidas para evitar el vacío en las comunidades. Por otro lado, el Estado también ha generado una serie de políticas públicas para evitar la deserción escolar como el bono Juancito Pinto, el bono de reconocimiento educativo que se entrega a los bachilleres con mejores notas, los convenios para que los bachilleres del área rural con mejores notas puedan ingresar a las universidades.

A pesar de todas estas buenas intenciones para retener a los jóvenes en sus comunidades, el despoblamiento del área rural parece ser inminente en el altiplano dejando casi vacías las infraestructuras que son un reflejo de los esfuerzos prolongados de la acción colectiva y de la memoria para un futuro mejor de los hijos. La esperanza de que los jóvenes estudiantes permanezcan en las comunidades aportando al desarrollo económico y productivo del país con sus conocimientos y herramientas tecnológicas es solamente eso, una lejana ilusión.

 

Referencias

Andersen, L. E. (2002). Migración Rural-Urbana en Bolivia: Ventajas y Desventajas. La Paz.

Cueto, A. Z. (2000). Educción y movilidad social en la sociedad rural boliviana.

Dirscherl, K. (2008). Migración juvenirl en Bolivia. El desafio de un desarrollo intercultural.

Grand, J. W. (2019). Caminos de Desarrollo de las comunidades.

Instituto Nacional de Estadísticas. (2012). Censo Nacional de Poblacion y Vivienda.

Ministerio de Educación. (2020). Estadisticas de matriculación.

 

 

 *Stephany Velasco es técnica estadística de la Fundación TIERRA.

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