Se irradia esperanza para el Pueblo Indígena Tsimane del sector Yacuma, ubicado en el departamento del Beni, entre Rurrenabaque y San Borja. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) —órgano de 18 expertos que supervisa la aplicación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas— observó al Estado boliviano y emitió el informe CERD/C/BOL/CO/21-24, donde expresa su gran preocupación sobre las violaciones de derechos del pueblo tsimane.
El 08 de diciembre, el CERD alertó sobre el grado de discriminación que sufren los indígenas tsimane en Bolivia, destacando el despojo de su territorio, la intrusión de terceros a sus lugares de origen y la tala de árboles, lo que amenaza su salud y su supervivencia física y cultural. En esa línea, recomendó al Estado boliviano que elabore un plan de acción para este pueblo indígena que respete sus características culturales, modos y costumbres, garantice medidas efectivas para la protección y titulación de su territorio, y asegure su supervivencia física y cultural. Esta estrategia (y/o políticas públicas) debe ser implementada en un plazo no mayor a un año. La denuncia sobre las vulneraciones fue presentada con apoyo de la Fundación TIERRA.
Para los tsimane, el informe del CERD es un paso muy importante porque existe la esperanza de que se les restituya el territorio que les fue usurpado; son 14 comunidades las que conforman el Subconsejo Tsimane del sector Yacuma y que poseen identidad cultural, idioma y cosmovisión propia. El Estado boliviano vulneró su derecho a tener un hábitat o territorio para que puedan vivir en armonía con el medio ambiente.
Dentro del informe de denuncia presentado al CERD, se hace referencia a la discriminación por la negación de su derecho a la tierra y el territorio y por ser despojados de una manera inhumana, atentando con su sistema de vida y por ende condenándolos a la extinción.
Otro punto que se destaca es que no existe igualdad de tratamiento en el sistema de justicia nacional, debido a que los espacios que ocupan estas comunidades fueron declarados como tierras fiscales por el INRA, aspecto que ha generado en la práctica un acelerado proceso de avasallamiento de su territorio. En estas circunstancias, es lógico que este pueblo indígena se pregunte por qué no se respeta su territorio ancestral. La declaratoria de tierra fiscal abrió las puertas al ingreso de comunidades interculturales, que recibieron el apoyo del Estado boliviano para la entrega de autorizaciones de asentamientos de nuevas comunidades, lo que además, ha generado daño al medio ambiente a raíz de los incendios y desmontes producidos en esa zona.
Esperanzados en recuperar su territorio, el 13 de julio de 2021, los tsimane interpusieron al INRA una demanda de dotación de tierras fiscales. Lastimosamente, el INRA ha guardado un silencio sepulcral al respecto, lo que constituye una completa vulneración y negación a sus derechos (tierra, identidad, dignidad y amenaza a su sobrevivencia). Esta situación ha sido denunciada a todas las instancias estatales sin tener una respuesta concreta acorde a los derechos y grado de preferencia para los pueblos indígenas.
Se confía que el informe del CERD abra los ojos del Estado boliviano para que este pueblo pueda ser escuchado y atendido según manda nuestra Carta Magna, de tal manera que se proceda a su protección inmediata, considerando su situación de alto grado de vulnerabilidad y que sirva como herramienta para consolidar su tan anhelado espacio ancestral.
Jhovanna Morales es asesora jurídica de la Fundación TIERRA.
Página oficial del CERD: