No importa quien haya sido el presidente de Bolivia en los últimos años porque nada es eterno. Además, toda revolución tiene una contrarrevolución como parte esencial de los procesos dialécticos y Bolivia ha transitado en diferentes momentos de su historia esa dicotomía. Por el momento, los pueblos indígenas-campesinos estamos en un cuarto intermedio, hacia adelante el tiempo que sea necesario tenemos la dura tarea de reflexionar seriamente si hemos avanzado o retrocedido.
No importa quien haya sido el presidente de Bolivia en los últimos años porque nada es eterno. Además, toda revolución tiene una contrarrevolución como parte esencial de los procesos dialécticos y Bolivia ha transitado en diferentes momentos de su historia esa dicotomía. Por el momento, los pueblos indígenas-campesinos estamos en un cuarto intermedio, hacia adelante el tiempo que sea necesario tenemos la dura tarea de reflexionar seriamente si hemos avanzado o retrocedido. Nos toca hacer una correcta lectura de los escenarios vividos, de las luchas campesinas-indígenas, barriales, vecinales o populares tan abigarradas en su contexto.
Debido al colonialismo los indígenas campesinos hemos sufrido exclusión y discriminación, por ello, nos cuesta desligarnos de nuestros prejuicios de lo indígena. Pero Bolivia no solo es indígena, tampoco los indígenas vivimos en una isla desconectada del resto del mundo. Ahí están los otros con las que tenemos que convivir y eso debemos entender. De la misma manera, los indígenas hoy tampoco solamente vivimos en el campo como muchos creen, hoy los indígenas-campesinos vivimos en las ciudades y el campo a la vez.
Estos días muchos se lamentan, se desilusionan, se sienten avergonzados e impotentes como si esto fuera el fin del indígena y su proceso; pues están equivocados. Para avanzar es importante hacer una autocrítica sincera de los más de trece años de “proceso de cambio”. Un gobierno indígena sin participación de verdaderos indígenas, un gobierno de movimientos sociales, sin participación real de estos movimientos; pero un gobierno con muchísimas obras jamás vistas antes en las áreas rurales (aunque algunos lo quieran negar), infraestructuras educativas, coliseos deportivos, proyectos de infraestructura productiva como “mi riego”, “mi agua”, “mi pozo”, obras viales como carreteras asfaltadas y de doble vía, entre otras. ¿Solo Evo Morales pudo haber hecho así u otros presidentes hubieran hecho más que Evo?, dejo sin respuesta porque la historia se encargará de juzgarla.
La reconducción o la profundización de este proceso está en nuestras manos. Para ello es necesario -reitero- la autocrítica de nuestra participación en el proceso de cambio, de reconocer qué durante estos años, en muchas ocasiones nuestra participación se ha reducido a ser “seguidores ciegos del proceso de cambio”. Por el contrario, ahora debemos apostar firmemente por nuestro pensamiento propio coherente con nuestras luchas y legados de nuestros héroes y antepasados.
La reconducción o la profundización del nuevo proceso requiere de tareas y acciones concretas desde la comunidad.
Una de las primeras tareas básicas es incorporar en el orden del día de la asamblea de la comunidad, subcentral, central, ayllu, Marka, Suyu: el análisis de la coyuntura nacional y local. Discutamos sobre nuestra situación, el curso de las reivindicadores históricas y sobre todo evaluemos los métodos de lucha y de reivindicación social. Nos faltan estos espacios de reflexión, análisis y debate.
Segundo, las nuevas elecciones nos obligan a cuestionarnos si existen líderes (mujeres y hombres) que nos pueden representar como diputados, senadores y como presidente; a simple vista no hay, pero tenemos la tarea de visibilizar y volver a construir liderazgos no solo nuevos, pero también diferentes, más sólidos, más inclusivos, más enraizados en sus bases.
Tercero, convoquemos a los profesionales e intelectuales indígenas, también están ausentes o adormecidos. Hay que visibilizar sus pensamientos, ideas y propuestas.
Cuarto, a nivel macro hay que construir una nueva agenda propia del sector indígena originario campesino.
Empecemos con estas tareas, los indígenas no estamos huérfanos, ni estamos rendidos, solo estamos en un cuarto intermedio.
* Investigador de la Fundación TIERRA.