“Con el paso del tiempo los territorios indígenas se han hecho más visibles que nunca, de modo tal, que si no tomáramos en cuenta su existencia, nuestra comprensión de la realidad rural boliviana sería incompleta. De forma paralela al camino recorrido con los trámites agrarios, los pueblos indígenas se han transformado a sí mismos, organizándose de mejor manera, consolidando sus reivindicaciones, avanzando en el ejercicio de sus derechos colectivos, económicos, sociales y culturales.
Son procesos que no están libres de tensiones y luchas, tanto internas como externas”. Así versa parte de la presentación de la investigación recientemente concluida por la Fundación TIERRA denominada “Territorios Indígena Originario Campesinos (TIOC) en Bolivia: Entre la Loma Santa y la Pachamama”, que resume la situación de estas organizaciones que ocupan alrededor de un 20% del total del territorio nacional.
Antes conocidos como Tierras Comunitarias de Origen (TCO) estos territorios indígenas fueron sometidos a un sinfín de trámites, procedimientos técnicos y jurídicos y fueron expuestos a la voluntad política de distintos gobiernos para acceder a la titulación.
Actualmente, a nivel nacional existen 258 solicitudes de reconocimiento de TIOC de las cuales solamente el INRA atendió a 190, las cuales ocupan unos 20 millones de hectáreas del total de 109 millones de hectáreas con que cuenta el país.
De acuerdo con la directora regional de Fundación TIERRA, Carmen Rosa González, en total ya suman unas 536.000 personas beneficiadas con el reconocimiento de los TIOC de las cuales 368.000 corresponden a tierras altas y 168.000 a tierras bajas.