La desposesión de tierras fiscales en el país ocurre de manera progresiva, dirigida por grupos de poder que hacen pulseta con el Estado convirtiendo esas posesiones en latifundios improductivos, primero, hasta tener la seguridad de invertir en cultivos intensivos para comenzar a obtener renta agraria, según el investigador y economista con Gonzalo Colque.
El director de Fundación TIERRA, Gonzalo Colque, presentó su libro titulado "Expansión de la frontera agrícola - Luchas por el control y apropiación de la tierra en el oriente boliviano", en el que hace una reflexión histórica y un balance actual de la propiedad de la tierra para cultivos intensivos. "Los Barones del Oriente" (Ximena Soruco, coord.) y "Concentración y extranjerización de la tierra en Bolivia" (Miguel Urioste) son los dos antecedentes en la línea de este trabajo que continúa el análisis de las luchas por el control y apropiación del recurso tierra en el país.
En entrevista con el Periódico Digital del PIEB, Colque explica que su estudio, que además es su tesis de maestría en el International Institute of Social Studies (Holanda), está motivado en responder: cómo opera la apropiación de la tierra para la producción de materia prima agrícola en el oriente, qué rol juega el Estado en esta dinámica agraria y cuáles son las consecuencias para los campesinos pobres y sin tierra.
"La presencia del capital transnacional ahora está en las compañías de agronegocio que controlan la producción de la soya. El 90% de la exportación de esta materia prima está controlada por cinco compañías transnacionales, esto es un hecho, y hay un proceso de expansión también de las inversiones extranjeras de capitales transnacionales hacia la cadena agroindustrial", dice Colque. La forma de apropiación de la tierra identificada por la investigación ocurre en un proceso gradual, a través de ocupaciones de larga data de terrenos fiscales con la pretensión de convertirlos en propiedad privada; "gradualmente esta tierra se pone en producción, se expande (la ocupación agrícola) por estas zonas y, finalmente, en el lapso de 15 a 20 años, estos latifundios improductivos se convierten en latifundios productivos".
La propiedad privada y el capital asumen esta forma de desposesión, no en contra de los campesinos sino de las tierras fiscales que estaban destinadas legalmente a la redistribución y a la reforma agraria. Esto implica la expansión de la frontera agrícola sustentada en el avance de un modelo capitalista de producción a gran escala para la exportación y la extracción de renta agraria.
"El Estado pierde control sobre estas tierras, intenta sentar soberanía pero no puede porque en estas zonas de frontera (agrícola) hay una hegemonía regional, hay grupos de poder que se enfrentan e incluso aplican otros arreglos institucionales y sociales para que el mercado de tierras opere al margen de la Ley INRA y de los procesos de titulación", dice Colque. El cultivo intensivo de la soya se desarrolla así, mirando a la exportación y en tierras que carecen de títulos de propiedad.
El investigador opina que el Estado, a la vez, tiene un dilema cuando por un lado efectivamente busca la redistribución de la tierra en función de obtener legitimidad política ante los campesinos y la población rural, pero por otro lado está enmarcado en la idea de concretar crecimiento económico y acumulación de capital como una forma de concretar el desarrollo agroindustrial.
El autor considera que en este proceso ha penetrado un capitalismo avanzado pero en crisis, y eso significa que en general "ya no es capaz de generar procesos productivos crecientes" y debe desarrollar inversiones a largo plazo en tierras, recursos naturales y materia prima; en otras palabras se trata de mecanismos de generación de excedentes sustentados sobre todo en la explotación de recursos naturales.
La continuidad de este modelo sólo provocará, continúa, la incorporación de más tierras a este modelo productivo, por tanto una mayor expansión de la frontera agrícola, y una progresiva sustitución de modelos productivos con uso de fuerza de trabajo como la zafra de la caña de azúcar.
La investigación se sustenta en el concepto de desposesión como marco de análisis, analiza el contexto histórico de la expansión de la frontera agrícola, identifica periodos clave de la apropiación de la tierra y plante una agenda agraria emergente.