El cambio climático, el minifundio, la falta de rentabilidad y cambios en los patrones de consumo de alimentos son los cuatro factores clave que complican el desarrollo de los sistemas agroalimentarios y la producción campesina en Bolivia.
El uso de bioindicadores para prever el comportamiento de la lluvia; la fertilización del suelo sin agroquímicos; y la mantención del equilibrio entre la agricultura y la ganadería son algunas de las prácticas ambientales que destacan en la producción de trigo en Mojocoya (Chuquisaca); de leche en Tiahuanacu (La Paz) y de ganadería en la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) de Lomerío (Santa Cruz), respectivamente. Estas destrezas están contenidas en el informe denominado “Caminos Alternativos. Estudios de casos de prácticas agropecuarias sostenibles”.
La jornada comienza a las cuatro de la mañana entre la isla Sikuya y la comunidad de Cala Cala, las redes se extienden por el lago. A pesar de las obstrucciones que causa la purima, los pescadores continúan surcando las aguas del Titikaka, en busca de subsistencia y mejores condiciones de vida.
La inviabilidad de la matriz energética y la rentabilidad económica del nuevo proyecto gubernamental sobre el “diésel sostenible”.
El Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza (TIDN) en la lectura de la sentencia por el caso: Chiquitanía, Chaco y Amazonia Vs. Estado Plurinacional de Bolivia, declaró que los incendios del 2019 fueron un “ecocidio provocado por la política de Estado y el agronegocio”