La explotación minera —que se desarrolla principalmente en altiplano y Amazonía— y la ampliación de la frontera agrícola y la deforestación —dadas primariamente en los departamentos de Santa Cruz y Beni— amenazan con generar daños medioambientales irreversibles para Bolivia, alertó el director de la Fundación TIERRA, Juan Pablo Chumacero, durante una entrevista en el programa Cartas sobre la mesa de Televisión Universitaria.
En la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas cada día arriban nuevos mineros, empresas y cooperativas. Llegan a las comunidades indígenas Mosetene y Tsimane, señalando que tienen derechos mineros otorgados por la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM). Aparecen ofreciendo el sueño de “el dorado” para que les permitan destruir las riveras de sus ríos, dragar y contaminar sus aguas con mercurio, envenenar sus peces, depredar sus bosques y construir campamentos sobre sus comunidades.
Crear un grupo especializado para sensibilizar en temáticas de tierra y medio ambiente, hablar directamente en nuestros entornos sobre estas temáticas y dar a conocer las normas de protección en estos contextos, son las tres principales propuestas que hicieron jóvenes y activistas en el curso Defensores de la Madre Tierra que fue organizado por la Fundación TIERRA en la ciudad de Cochabamba a mediados de noviembre.
El cambio climático, el minifundio, la falta de rentabilidad y cambios en los patrones de consumo de alimentos son los cuatro factores clave que complican el desarrollo de los sistemas agroalimentarios y la producción campesina en Bolivia.
El uso de bioindicadores para prever el comportamiento de la lluvia; la fertilización del suelo sin agroquímicos; y la mantención del equilibrio entre la agricultura y la ganadería son algunas de las prácticas ambientales que destacan en la producción de trigo en Mojocoya (Chuquisaca); de leche en Tiahuanacu (La Paz) y de ganadería en la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) de Lomerío (Santa Cruz), respectivamente. Estas destrezas están contenidas en el informe denominado “Caminos Alternativos. Estudios de casos de prácticas agropecuarias sostenibles”.